Hoy en día, en la sociedad moderna, es habitual compartir la vida privada y conocer gente nueva en internet, y es que las redes sociales han marcado un antes y un después en cuanto a relaciones personales se refiere.
Cada vez son más quienes optan por este método a la hora de socializar, y es que vivir a través de una pantalla resulta de lo más tentador, ya que podemos crear la personalidad deseada bajo la comodidad del teclado, sin la ansiedad que puede provocar exponernos al cara a cara.
Pero todo esto conlleva un riesgo demoledor, y es que sin darnos cuenta estamos perdiendo la capacidad natural de relacionarnos como seres sociales que somos.
Internet nos robotiza, nos engaña al hacernos creer que esos sentimientos que parecen surgir son verdaderos, cuando no son más que el resultado de una idealización completamente alejada de la realidad, que por norma general termina conduciendo a una inevitable decepción. Además, la soledad se hace patente en muchos de los perfiles que buscan el amor desesperadamente en este tipo de páginas.
Internet puede convertirse en un arma de doble filo si no se utiliza con cabeza, y es que está constatado que este tipo de sitios pueden crear adicción con terribles consecuencias, por un lado, alejándonos de la realidad y de los nuestros, y por otro lado, contribuyendo a aumentar la frustración al no encontrar lo que se busca.
Desde mi humilde experiencia, animo a esas personas a que salgan a la calle y se atrevan a interaccionar en el día a día, trabajando por mejorar la seguridad y la confianza en sí mismos, ya que solo así obtendrán resultados reales.