Comenzó el baile. Y como dicen por estos lares era baile " fiao". Claro que, yo creo que nadie o, muy pocos se han dado cuenta que a su novia, llámese partido votado, se la van a magrear unos cuantos.
Unas semanas después de cerrarse de piernas, patas, apéndices bajos, de cruzarse de brazos y ponerse contra la pared...¿ contra la pared? Ya no seguimos preguntado. Los hechos se han consumado y creo que ha sido doloroso el principio pero, o mucho me equivoco, o más va a ser cuanto más "avance".
Qué bonito, ¡idílico diría yo!, seria esto de "hacer política" si se redujese a negociación por un objetivo final.
Eso sí la cosa es entretenida y sorpresiva que no sorprendente cuando menos. De un brochazo todo lo andado hay que desandarlo, las subidas bajarlas y las inmersiones ... ¿o eran inversiones? , si eran las primeras elevarse para no entrar en apnea y si eran las segundas atrincherarse para ver por dónde viene el fuego cruzado.
Ni pensar quiero las decisiones que habrá que posponer, las que habrá que maquillar y a las que habrá que renunciar, hasta que lleguen unas elecciones generales que parecen cercanas pero ..¡anda que no se puede liar todo de aquí a allí!.
Y mientras todo este batiburrillo de posicionamientos, ideas, idas, venidas, apoyos, absorciones y degluciones políticas.
A lo lejos, todo la distancia que separa nuestro sofá de la televisión, vemos una Grecia que nos arrastra hacia una de las islas de Stavros Niarchos, Onassis, o alguien parecido, pero no de vacaciones sino de apoyo logístico para que no salte por los aires otrora un país envuelto en el azul vida, salpicado con piedras de cultura y gentes... que se creyeron que el, "mortal", que debe no paga.