Denuncia de los delegados de Enseñanza de las diócesis de Castilla y León
El pasado 10 de junio los delegados de Enseñanza de las diócesis de Castilla y León se reunieron en Tordesillas para analizar las consecuencias de la aplicación de la LOMCE en nuestra región. La conclusión es demoledora: entre todas ellas restarán más de mil horas el próximo curso 15/16.
Rafa Blanco, delegado diocesano de Enseñanza ern Salamanca, indica que se plantean dos graves problemas. El primero es qué hacer con todo el personal que a día de hoy imparte esas clases. Muchos verán muy reducida su jornada semanal ?no olvidemos que se trata de madres y padres de familia- y otros sencillamente tendrán que ir al paro. El segundo es si resulta viable dar con cierta calidad una materia para la que se tiene menos de una hora semanal, por mucho que ahora sea evaluable. En este sentido hay una sospecha fundada sobre una drástica reducción sobrevenida en el caso de 1º Bachillerato, puesto que al plantearse como una optativa más, teniendo que competir por ejemplo con Tercer Idioma o Nuevas Tecnologías va a quedar desierta. Ciertamente subvierte el principio de acuerdo Iglesia-Estado por el que se propone asignatura de Religión y una alternativa, cosa que no ocurre si se plantea entre muchas optativas.
Los delegados han debatido sobre qué hacer y han comenzado a perfilar una estrategia de respuesta ante esta nueva flagrante injusticia que recorta de nuevo la necesaria formación en valores -en su caso cristianos- que se planteaba estos años como solución a la crisis. De seguirse aplicando de este modo la LOMCE ?deducen- "más paro y menos formación humana".