Tras varias obras de mejora de la seguridad vial en calles salmantinas, los atropellos continúan. Claro que en la mayoría de los casos se han eliminado pasos de peatones, es decir, se mejora esa seguridad vial de la abrumadora mayoría que camina (el 60'5% de los viajes según el Plan de Movilidad) haciendo que sea más difícil cruzar las calles. Un vistazo a los manuales sobre movilidad sostenible en la ciudad del siglo XXI, el más conocido editado por el Ministerio de Fomento, hablan justo de lo contrario. Hay medidas más que suficientes, y probadas, para mejorar esa seguridad manteniendo los pasos de peatones e incluso incrementando su número. La primera reducir de forma efectiva la velocidad máxima en la ciudad a 30 km/h. (algo que piensa hasta la Dirección General de Tráfico, es decir, el gobierno).
El caso de la Avenida de Portugal es paradigmático, comentado hace unas semanas. Por supuesto viejísimas reivindicaciones, como el cruce de la Avenida de Italia con la Calle de Álvaro Gil donde faltan dos pasos de peatones que no tienen alternativa, siguen sin atenderse. Ni siquiera se aprovecha el reciente asfaltado de calles en el Barrio de Labradores para corregir esa situación que se repite en sus cruces. Pero sí para eliminar el paso en María Auxiliadora en su encuentro con la Calle de Las Eras, rampa incluida, a pesar de su importante uso (se tuvo que poner por la cantidad de gente que lo "utilizaba" antes de existir). Subir el paso a la altura de la acera y que el autobús haga su parada en el carril de circulación (impidiendo adelantamientos temerarios que eran los que ponían en riesgo a los peatones) no forma parte de las recetas de los "expertos" municipales. Pero sí dejar esa parada de autobús sin un paso de peatones cercano como debe ser preceptivo. ¡Viva la seguridad vial!
Entre otros muchos casos es llamativo, aunque apenas suele llamar la atención, el comienzo de la Calle de San Pablo (que por la memoria urbanística de la ciudad en realidad es Plaza del Poeta Iglesias) donde se encuentra con las calles de Sánchez Barbero y San Justo. Este punto, junto a una parada de autobús importante, tiene un gran tráfico peatonal, mayor que el de vehículos, siguiendo un itinerario lógico, que continuamente cruzan la calle sin un paso de peatones que mejore su seguridad vial. Pero parece ser desconocido por nuestros munícipes (salientes), a pesar de ser vistos por allí con frecuencia. Lo importante es despejar el camino para los coches, aunque molesten a la mayoría. Supongo que pedir la peatonalización de la calle de San Pablo seguirá siendo algo descabellado, ¡va en contra del progreso!
La foto que ilustra este hecho también documenta el desprecio a la normativa de accesibilidad. En el comienzo de la calle de San Justo (en el centro de la foto) las terrazas reducen el ancho de la acera a dimensiones inadmisibles para la libre circulación de todas las personas.
Hoy toma posesión una nueva corporación municipal, dicen algunos que de verdad van a cambiar las cosas ¿con el mismo alcalde? Veremos si pequeños detalles como estos, o el continuo atropello de peatones en la ciudad, merecen alguna solución racional y pensando para la mayoría. Todavía no me he recuperado del informe que hace cuatro años convertía en peligrosa para los coches una mediana en el Paseo de la Estación, casualmente similar a las del Paseo de Carmelitas o Canalejas, en una calle con una calzada con más de 20 metros de ancho, que supongo no será peligrosa para ser cruzada por los peatones (que apenas tiene pasos, por cierto).
Por cierto, si ha de gobernar quien más votos obtiene (12 concejales del PP frente a 7 el siguiente), ¿por qué la calle no se diseña de acuerdo con el uso de la mayoría?, 60'5% de viajes caminando frente a 23'8% en coche.