Por mi trabajo, tengo el placer de tratar con funcionarios casi a diario.
Lejos de lo que la gente opina, o de lo que unos pocos hacen que parezca, hay funcionarios, muchos, muchísimos, que trabajan duramente en las tareas que tienen asignadas mientras conocen un poco de todo con el animo de ayudarte?
Hablas con ellos y sacan su mejor sonrisa, su mayor paciencia y su máximo sentido del humor para que al menos en ese rato, en el que te sientas delante de ellos con cara de desesperado (por los tramites bucles de la administración por supuesto), sientas que alguien te escucha.
Da gusto incluso por teléfono, te ayudan en lo que ellos pueden, tan amablemente, que sientes su cercanía en la distancia, y cuando ellos no saben te dirigen, no sólo te pasan la llamada, también te facilitan el numero interno por si se corta no tengas que esperar?
Algunos incluso se saltan sus competencias para que avances, con ánimo de que no te pierdas en esa maraña impuesta que es la administración.
En la parte educativa conozco a miles para los que enseñar es sinónimo de implicarse?esa implicación tan necesaria en el sistema educativo actual.
La pena, es que los cuatro que pasan la mañana leyendo periódicos enmascarados en pensadores y haciendo lo justito para pasar la mañana, son los mismos que tratan con prepotencia a la ciudadanía, y que por ellos, por cuatro, la fama la adquieren todos, cuando se merecerían ser señalados con el dedo y mandados a su casa.
Los ciudadanos cada vez somos más listos y tardamos poco en saber quien es quien, agradecer a la gran mayoría de los funcionarios advirtiendo a esa pequeña minoría que sabemos quienes son y lo que hacen?haciendo sobre todo hincapié en lo que no hacen?