De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda el término "selfie" para denominar a la foto que toma el propio fotografiado de sí mismo. La práctica de la auto-foto no es nueva, se ha venido haciendo desde que salieron al mercado las cámaras de bolsillo pero ahora se ha popularizado en la última edición de Los Óscars.
Según el diario New York Times, la universidad norteamericana Bryant de Rhode Island acaba de prohibir a los graduados de este año hacer "selfies" cuando vayan a recoger su diploma en la ceremonia oficial de este año. Las razones según Ronald Machley, el rector de esta universidad, apuntan a que se retrasa mucho la ceremonia (como sucedió el año pasado) y que ya se ha contratado a un fotógrafo profesional para hacer esa función. Por el contrario la universidad anima a los estudiantes a enviar mensajes por el hashtag de la red social Twitter con algunas sugerencias como ésta: "Gracias mamá y papá".
No cabe duda que la educación no vive al margen de las nuevas tendencias sociales. No obstante, después de leer esta noticia me vienen un par de reflexiones. La primera: ¿realmente necesitamos compartir tantos momentos vitales o también buscamos cierto protagonismo? La segunda: ¿si nos dedicamos a describir gran parte de lo que hacemos es posible que nos estemos quitando tiempo para vivir esas experiencias de modo más pleno?