OPINIóN
Actualizado 12/06/2015
Félix López

Si estoy bien informado, dado que no es mi campo de especialidad, algunos pensadores griegos, como Aristóteles, consideraban que para que a uno le vaya bien en la vida es necesario lo siguiente: tener buena herencia biológica, buena herencia social o educación y cuidados familiares, suerte y esfuerzo personal.

El peso de la buena herencia biológico es algo que durante décadas había sido negado por la sociología y la psicología conductista, teorías muy ambientalistas e ingénuas. Hoy la psicología evolucionista ha corregido esa ingenuidad y reconoce que la herencia es uno de los factores importantes que explican nuestras capacidades y cómo nos va en la vida. En la Universidad de Salamanca también se reconoció siempre que "lo que la naturaleza no da, no lo puede suplir la educación".

La educación y los cuidados familiares, así como (hoy día) la escolarización son el segundo factor fundamental, especialmente la familia para la vida emocional, afectiva y social, la familia, y para la profesión y el trabajo, la escolarización.

Pero estos autores, no eran ingenuos y sabían que, además, era necesario "tener suerte", porque hay sucesos vitales que no dependen de nosotros,  que pueden facilitarnos el ser afortunados o desafortunados. Nacer esclavos, pobres, con discapacidades que nos limiten mucho, contraer una enfermedad, ser víctimas de una catástrofe natural o humana, como la guerra, etc. pueden hacer la vida muy difícil o incluso acabar tempranamente con ella. Al contrario, a veces pasamos una evaluación o prueba por los pelos, encontramos un trabajo inesperado, seducimos y amamos a alguien maravilloso, cosas que nos cambian la vida por golpes que tienen mucho de fortuna o acierto que no siempre es merecido.

Reconocen, por último, que hay otro factor definitivo, el esfuerzo personal. Por eso defiende la disciplina personal, el cultivo de las virtudes, el interés y el empeño en formarse, etc. De manera que, a pesar de depender de tantos factores, nada nos es gratuito y tenemos que poner de nuestra parte todo lo necesario. De nada sirve la naturaleza, ni la educación, ni la fortuna, si finalmente no sabemos estar en la vida, tomar decisiones adecuadas y trabajar para conseguir los logros que nos propongamos, el más importante de todos llevar "una buena vida", concepto griego más complejo que el hoy tan manido de la "felicidad".

Pero no nos engañemos con frases como "querer es poder", propias del pensamiento competitivo americano, que pueden animar a las personas a intentar cosas, pero no la ayudan a aceptar el fracaso, si éste llega finalmente. Mejor es ese otro dicho que dice algo así: acepta lo que no puedes cambiar, cambia lo que puedas mejorar y finalmente aprende a vivir bien.

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