Esto parece una feria o un mercado de trueque y de regateo. Y, en ese trapicheo, meten en el juego mi voto, mi voluntad, mi intención y mi compromiso. Y eso no es digno ni honesto. Cuando yo deposité mi voto en la urna, con mi papeleta, me identifiqué con una ideología, me comprometí con una propuesta y empeñé mi confianza en la persona, que elegí como representante, que no dudé, en ningún momento, en que me sería leal y fiel. Y todo, a pesar de que tuve la experiencia, hace nada, que un equipo político me prometió una cosa y, luego, hizo la contraria, o sea, que me tomó el pelo; pero yo soy así, tropiezo y tropiezo en la misma piedra, y no aprendo. Y he vuelto a caer.
Por eso, me he presentado aquí a protestar, a deciros que estoy enfadado, que no me gusta cómo actúan los politiquillos estos de medio mandil, que preponen sus intereses, sus odios y rencillas, sus caprichos y sus demencias en lugar de leer, reflexionar y entender que es lo que les he dicho con mi voto. Se toman mi conciencia y ética ciudadanas a la torera y eso no estoy dispuesto a consentirlo. Escúchame, y obra. Escúchanos, y actúa. En caso de rebeldía, se niegan a entregar el acta de edil, porque dicen que es suya, ¿qué va a ser tuya? Te la presté yo, y, si no cumples, seré yo el que te la reclame desde cualquier foro que me lo permita, pero tú no te sales con la tuya. Me he levantado enfadado, y es para estarlo. Esta salida no quiere decir que no apueste por que se sienten los unos y los otros y dialoguen, y busquen acuerdos, pero siempre teniendo presente al ciudadano, sus necesidades y demandas, y que sellen el acuerdo con el compromiso de ser fieles servidores a ese pueblo, que los colocó ahí.
Me he quedado más tranquilo, porque he expresado lo que me contrae el pecho y el alma, y porque he leído que su voluntad, su buena voluntad, es regenerarse, que han hecho examen de conciencia, contrición de los pecados y propósito de enmienda. Lo han dicho de palabra. No sé si será mientras toman comunión, y, cuando salgan a la calle, sigan con las andadas. No lo espero. Quizá vaya en serio, y, si no es así, que los zurzan.