El Papa Francisco ha escrito una Encíclica sobre la Ecología. "Laudato sii" es su título, recogiendo las primeras palabras de esa hermosa oración de alabanza a la Creación compuesta en dialecto umbrío por San Francisco de Asís. No ha salido a la luz ?dicen que lo hará el próximo día 16- y ya suscita controversia, sobre todo entre las compañías petroleras, especialmente en Estados Unidos. Me imagino que a los chinos les dará igual, aunque parece que ya le han visto las orejas al lobo, o más bien se han dado cuenta de que no pueden ni vérselas debido a la contaminación de sus grandes ciudades, y están reduciendo sus emisiones, lo cual no obsta para que colonicen y expolien las riquezas naturales de muchos países pobres. ¿Cuál es más eficiente a la hora de explotar el medio ambiente y oprimir a los empobrecidos, el neocapitalismo liberal o el capitalismo de estado?
Sea como fuere y, como no puedo opinar sobre la inmediata futura encíclica porque aún no es pública, me pongo a adivinar: en ella quedará clara la alianza estratégica establecida entre Benedicto XVI y el Papa Francisco, que no son contrarios sino complementarios, así como la continuidad con San Juan Pablo II. El texto encargado al cardenal ghanés Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, y a su equipo, parece que era demasiado largo, porque tenía en cuenta todas las opiniones que rondan por la aldea global de la Ciencia; pero una encíclica no es en sí misma un libro científico ni técnico, sino un impulso a ver y vivir desde la fe todo lo relacionado con la Creación; habrá que ir a las notas para darse cuenta de toda la complejidad del asunto.
Un efecto positivo de la futura encíclica será suscitar nuevo interés por el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), esa gran desconocida no solo en los medios de comunicación y por el gran público, sino también dentro de la misma Iglesia española y de las comunidades, parroquias y cristianos de a pie, en general.
Hay muchos ciudadanos que tienen raíces cristianas y eclesiales (bautizados, hicieron la primera comunión, van a misa de vez en cuando, ?) que confiesan ser católicos, pero no practicantes. Hora es de cambiar el chip y considerar practicantes a los que tienen un comportamiento respetuoso con la Naturaleza, luchan por la justicia y contra el pecado estructural teniendo como referencia a los desposeídos, no viven la fe individualmente sino dentro de una comunidad tal vez muy plural, se forman permanentemente -porque la fe busca de suyo el conocimiento-, orientan su cabeza y su corazón por la Palabra de Dios y viven la Sagrada Liturgia como anticipo utópico del Reino de los Cielos que Jesús invitó a buscar y a construir. Quedará claro que "ser practicantes" es algo, a la vez más natural y más complejo. Pero mucho de ello dependerá del marketing del que goce o sufra Laudato sii.