No lo sabéis, no entendéis nada.
Tampoco pido flores, sólo iros.
no tengo fuerza ni luz para sufriros,
me agarraré al filo de una espada.
No lo sabéis, no tengo llanto,
humedad mis ojos no sostienen.,
el suelo y el grito me detienen,
será la muerte que me llama tanto.
Mañana vienen a secarme el cuerpo,
a cargar mi sangre, a cegar mi mente
y a cortar de un tajo de repente
treinta años clavados en el tiempo.
No lo sabéis, no entendéis nada,
me robáis la dicha y respirar, la risa,
defendéis a saco la estulticia,
la parte asesina de la democracia,
la mancha cruel en la camisa.
Os lleváis mi sangre y mi destino
porque es mi casa mi hogar y mi sentencia.
Tenga santo Dios santa paciencia
para no envenenar igual vuestro camino.