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Actualizado 01/06/2015
Sandra Baz

El Servicio de Pediatría del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca ha presentado la 'Guía de actuación ante el fallecimiento de un niño'

Actualmente, la muerte de los niños se suele producir en los hospitales. Ante esta situación, una de las experiencias más dolorosas que pueden vivir unos padres, los profesionales sanitarios se sienten en el compromiso de adecuar su intervención de manera que permita un acercamiento a la persona que sufre, y para la que la curación de su enfermedad o de su ser querido, no es posible.

Un equipo de trabajo, formado por distintas categorías de profesionales: médicos, maestras, enfermeras, auxiliares de enfermería, celador y psicóloga que realizan su labor en la planta de Hospitalización Pediátrica, Cirugía Pediátrica, Neonatología, UCI Pediátrica y Oncología, han colaborado en la elaboración de la 'Guía de actuación ante el fallecimiento de un niño' bajo la coordinación de la psicóloga Rosario Palomo y el jefe del servicio Félix Lorente.  

Se trata de una guía realizada por y para los profesionales que hace reflexionar sobre la importancia que tiene la actitud y la atención profesional hacia el niño y hacía los padres, los hermanos y todo el entorno del enfermo en esos duros momentos. "La presión asistencial y la cultura enfocada a pretender apartar la muerte de la vida hace que muchas veces en el final de vida y en el fallecimiento se nos olvide cuidar especialmente algunos aspectos básicamente humanos que son muy necesarios para que el niño en su final de vida, pueda encontrarse con el mayor bienestar posible y el resto de la familia puedan procesar la muerte y la pérdida del ser querido de una forma adaptativa que les permita continuar su recorrido", afirma Rosario Palomo y continua diciendo "Es muy importante una atención integral: física, emocional, espiritual? y acompañar no sólo a los padres, sino a los hermanos, y otros familiares".

El fallecimiento de un hijo puede acontecer de forma inesperada en niños previamente sanos o en niños con una enfermedad crónica, pero ambas situaciones suponen un estrés incalculable para los padres que se manifiesta mediante distintas reacciones, desde el bloqueo emocional, manifestaciones de hostilidad, de negación o el llanto desbordado. La comunicación del personal con la familia va a tener un efecto directo en su adaptación a las nuevas circunstancias, pudiendo ayudarles a prevenir posteriormente duelos excesivamente complicados.

A pesar de que el índice de mortalidad infantil en Salamanca es bajo, al igual que en el resto de España, es un hecho que se produce. En la guía se presta especial atención a la muerte perinatal ?las acontecidas antes del nacimiento o en el primer mes de vida- con una tasa de mortalidad de 6,79 por cada 1.000 nacidos. "En nuestra cultura se minimizan los fallecimientos en las primeras horas de vida; cuando unos padres han tenido mellizos y uno fallece; o incluso si fallece antes de nacer. Los duelos ante estas pérdidas son frecuentemente infravalorados y escasamente considerados, por lo que debemos prestarles una especial y cuidadosa atención", se manifiesta en la Guía.

"Por otro lado, y en todo momento, hay que recoger las vivencias y repercusiones que estos procesos tienen también en los profesionales, que precisan de un de reflexión y manifestación de sus propias experiencias para que puedan continuar con su labor de cuidadores de la salud", señala la psicóloga Rosario Palomo.

Esta 'Guía de Actuación ante el Fallecimiento de un Niño' que incluye dos protocolos de actuación para  revisar y evaluar periódicamente la práctica profesional fue presentada a todos los profesionales del servicio por Inmaculada Ferreras, auxiliar de enfermería en Neonatología y Francisco Fernández, pediatra de la U.C.I. Pediátrica.

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