Casos similares se han producido recientemente en Ferguson, Madison, Carolina del Sur, Nueva York y Cleveland ... es necesario no sólo denunciar los actos de racismo y xenofobia, sino también comprometerse a crear nuevas formas de combatir el racismo y la
Autor: Dario Sammarro, activista de Amnistía Internacional.
Estados Unidos: los disturbios, los saqueos, los incendios, se producen hoy en Baltimore, como hace unos meses en Ferguson, en Missouri, pero podrían ocurir en cualquier lugar entre las comunidades afroamericanas.
Escenas de guerra urbana en Baltimore en estos días. La revuelta de la comunidad afroamericana estalló después del funeral de Freddy Gray, el joven de veinticinco años brutalmente asesinado por la policía durante su detención hace unos días. Para sofocar los disturbios el gobernador Larry Hogan ordenó el estado de emergencia. La sublevación empezó cuando jovenes afroamericanos salieron a las calles después del cierre de la escuela lanzando piedras a la policía; fue sobre todo la ira de los más jóvenes la que explotó, son muchachos negros entre 15 y 19 años que viven en los guetos de Baltimore en condiciones muy duras y son los más expuestos a los riesgos de las drogas, enfermedades mentales, violaciones sexuales y a los embarazos precoces.
La razón que provocó las protestas es nuevamente el comportamiento racista y violento utilizado por las fuerzas del orden contra las personas de color, este es "un modus operandi" de los que en principio deberían garantizar el orden y la estabilidad pero que en realidad cometen abusos injustificados. Una larga historia de represión que es totalmente imposible de rastrear, pero cómo no recordar algunos de los acontecimientos más recientes, como el caso de Michael Brown, chico de 18 años, afroamericano, desarmado y que fue asesinado por un agente de la policía blanco en un suburbio de St. Louis, Ferguson; su historia abrió un debate en todo el país sobre la conducta de las fuerzas del orden contra las minorías. Casos similares se han producido en Nueva York y Cleveland. El 20 de Noviembre del 2014 un oficial de policía de Nueva York abrió fuego y mató a un chico negro desarmado de 28 años en una escalera en un edificio en Brooklyn. En Cleveland, un afroamericano de 12 años en posesión de un arma de juguete fue asesinado. Pocos meses después, el 7 de marzo de 2015, Tony Robinson, de 19 años, afroamericano, murió en el hospital después de ser alcanzado por el fuego abierto por un oficial de policía en Madison. El asesinato tiene lugar apenas unas horas antes de la marcha de Selma que recorda el 7 marzo 1965, llamado Domingo Sangriento, cuando 600 activistas de estadounidenses fueron atacados por la policía con porras y gases lacrimógenos mientras cruzaban el Puente Edmund Pettus. Se remonta al 4 de abril el caso de Walter Scott muerto en Carolina del Sur por mano de un oficial que había abierto fuego contra la víctima, durante un control en carretera.
Creo que las causas de estas distorsiones son innumerables, pero las dos más importantes son la propagación de las armas de fuego que convierten cada control policial en un tiroteo potencial y el síndrome de omnipotencia de los jueces en la aplicación de la ley (claramente la mentalidad racista generalizada entre ellos). Los jueces en los Estados Unidos tienden a imponer penas irrisorias a policías autores de delitos cuando no tienden a la absolución total.
Entonces se debe proceder mediante la promoción de iniciativas para fomentar la convivencia y la inclusión de "otros" en la sociedad, trabajar para asegurar que los reglamentos estatales y los medios de comunicación pueden promover campañas de sensibilización de la población, hacer que la diversidad cultural ocupe una parte integral de los horarios de programas de radio y televisión a través de una programación multicultural que se ponga en contra del binomio "nosotros-ellos", adoptar una política de igualdad de oportunidades que contraste con el racismo y la xenofobia de una manera activa y directa. Es esencial promover el respeto de los derechos humanos a través de actividades de formación y campañas de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que participan en el campo de los derechos humanos. No sólo denunciar los actos de racismo y xenofobia, sino comprometerse a crear nuevas formas de combatir el racismo y la xenofobia.
En los Estados Unidos, donde el odio racial del poder blanco (policía y jueces en primer lugar) muestra su xenofobia, se pueden y se deben estudiar las reformas adecuadas a la naturaleza compleja del problema, poniéndolos en el contexto de una reforma urgente de la justicia en el país.
Además, quiero recordar que es precisamente la decimocuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos la que dice: "Ningún Estado podrá dictar una ley que limite los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; tampoco podrá privar a cualquier persona de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni negar a cualquier persona dentro de su jurisdicción la protección igual de las leyes».