Algunos no, pero el que no se consuela es porque no quiere. Lo importante sería que ganara el pueblo, los ciudadanos. A partir de ahora vamos a tener oportunidad de comprobar las verdaderas intenciones de unos y otros. Sabremos si lo importante es pillar buen acomodo personal o trabajar en beneficio de todos.
Algunos tendrán que echar tierra sobre las lindezas dedicadas estos días al adversario y comerse palabras que siguen en el aire. El cambio que va a producirse, a nivel municipal y autonómico, puede ser una piedra de toque para lo que nos espera dentro de seis meses en las generales. No está nada mal que el poder absoluto se distribuya. Veremos si la "dictadura" de las mayorías absolutas no pasa a ser la "dictadura" de la minoría que se ha prestado a hacer gobernable el pueblo, la ciudad o la Comunidad. A ver qué precio ponen esas minorías a su contribución. Todo está por ver. Si la gobernabilidad se entorpece habremos perdido todos.
La participación en las elecciones no ha sido ejemplar por parte de los electores. Más de una tercera parte ha hecho caso omiso del deber de votar y a estas alturas nadie puede decir que pasa de política y de políticos, porque nos jugamos el futuro más próximo de todos. Y es deber y derecho, cierto, acudir a las urnas y llevar el sobre, aunque sea vacio. Cuánto nos queda por aprender.
Cambiando de tercio. Me llega de buena fuente la noticia de un hecho que se ha producido en Salamanca hace una semanas, sobre el que se ha guardado un sepulcral silencio, probablemente para no alarmar. Parece claro que ETA no tiene muy claras intenciones de desaparecer de una vez del panorama nacional y sigue teniendo recursos humanos y armamentísticos, en espera de darnos alguna sorpresa, o algo así. Parece ser que, en nuestra ciudad, por la zona del Regato del Anís, se ha desarticulado hace no muchos días una célula de ETA bien pertrechada de armamento. La operación se realizó de noche y se ha tenido especial cuidado en que no trascendiera la noticia. Y no está mal saber que esto ha sucedido, por si tenemos que abrir los ojos y enterarnos mejor, alguna vez, de quiénes son y a qué se dedican nuestros amables vecinos.