Lo primero de todo, cuando ya son definitivos los resultados electorales, destacar la normalidad de la jornada en toda España. Los mismos resultados electorales pasan pero esta normalidad democrática va quedando como el espacio urbano normal en el que los ciudadanos se expresan libremente y eligen sin coacciones. Esta experiencia, repetida una y otra vez, hará que nuestra democracia todavía adolescente se vaya asentando como parte esencial de lo que somos y queremos ser. Como anécdota negativa resaltar la pésima organización de algunos espacios electorales, sorprende que se haga tan mal aun con la poca experiencia que podamos tener todavía.
Y en una jornada de una especie de egoísmo nacional porque nos pasamos la jornada mirándonos el ombligo electoral, bien está mirar más allá de nuestra tapia y alarmarnos, todavía más, por la población de Burundi que el sábado ha emprendido huida despavorida hacia los países vecinos o por las últimas conquistas, anteayer sábado, del Estado Islámico en el infierno sirio. Y me atrevo, como compensación, a citar a Monseñor Romero propuesto, el sábado también, por la Iglesia católica como ejemplo de fe cristiana y de ciudadanía honesta y comprometida? hasta la muerte anunciada y confirmada. Ah, el que lo mató de un balazo cobró por cumplir el encargo 115 dólares.
Volviendo a lo de aquí, creo que es de justicia dar la bienvenida a esos casi 400.000 jóvenes que han podido votar por primera vez en unas elecciones. Son la parte más viva y prometedora de la sociedad que vota y elige. Y agradecer el trabajo y el buen hacer de cuantos las han hecho posibles y pacíficas..
Y con la premura del momento propongo estas consideraciones sobre el resultado de las municipales:
De todas formas hay retos a medio plazo de verdadero interés político, como qué hará el PSOE para sacudirse de encima el aliento de Podemos que siente cada vez más cerca en la carrera. O cómo se arregla ahora el PP si ve que Ciudadanos le va segando la hierba del centro debajo de sus pies. Y añadiendo a esto las fuertes variantes que pueden provocar los pactos y consensos, porque el que en eso se equivoque se hunde. Y esto vale para muchas ciudades, incluidas las importantes y también Salamanca, y para buena parte de las autonomías, incluida la nuestra. Y da la impresión de que en muchas ciudades y en varias autonomías la unión de perdedores le va a quitar los poderes al ganador de turno. Pero tampoco eso es definitivo, porque su resultado puede explotarle en las manos a los creadores del artefacto.
O sea, que la expectación política está servida.
P.D.
Sería una lástima, y me lo temo, que se nos vinieran encima meses y años de ávidos reajustes y de interesados asentamientos entre partidos y mientras tanto la ciudadanía, especialmente los más vulnerables, sigan soportando pérdidas de casi todo en los principales campos de la vida colectiva, en educación y enseñanza, en atención sanitaria y salud, en ayuda social y oportunidades de igualdad? Podemos car más bajo todavía.
Y esto es más importante que todos los partidos políticos juntos.