No es arriesgado decir que el 30% de indecisos irán hoy a las urnas con la duda de votarlos o botarlos, y que en sus manos está el resultado electoral.
Los datos del CIS revelan que existe entre un 30 y un 45% de ciudadanos indecisos, sin saber a quién dar su confianza en los comicios que se están celebrando hoy, siendo el voto de estos dudosos quien determinará en gran parte el resultado electoral, cuando tales indecisos resuelvan las dudas y se acerquen a las mesas electorales para introducir sus papeletas en las urnas.
No es aventurado afirmar que muchos titubeantes se debaten entre dar su confianza a los partidos emergentes o inclinarse por la continuidad del bipartidismo, manteniendo cada cual una lucha interna entre votar a estos últimos o botarlos de las Instituciones que llevan ocupando desde las primeras elecciones democráticas, celebradas el 15 de junio de 1977.
Un dilema similar al que William Shakespeare puso en boca del príncipe de Dinamarca cuestionándose llegar a ser o quedarse sin ser, pone hoy ante las urnas a los indecisos que se debaten entre botar a "hunos" partidos o votar a "hotros", sabiendo que su voto determinará el futuro inmediato de quienes habitamos en la piel de toro, con la esperanza de que no sigan desangrándose las manos los que curten la piel.
Votarlos o botarlos, esa es la cuestión que inquieta a los que dudan si enviar al olvido a los botarates o seguir votándolos para que boten esta noche, coreados por los felices militantes que se benefician del voto que puedan otorgarles los votantes que dudan entre botar o votar el bipartidismo, soplando sobre los pétalos de rosas y plumas de gaviotas, que figuran en las listas electorales.
Sabemos que las previsiones apuntan a un cambio generacional motivado por la fuerte movilización del voto juvenil inclinado hacia los nuevos partidos, siendo la apuesta general de los mayores de 55 años conservar lo que han tenido, pensando que más vale malo conocido que bueno por conocer, lo cual tiene el mismo valor argumental como el proponer la ruptura con ellos por el tiempo que llevan con el poder en la mano.
El escrutinio de las papeletas que se realizará en unas horas, despejará la duda hamletiana de los indecisos, pondrá a cada partido en su sitio y sentará a los aspirantes más votados en los nuevos concejos, cumpliéndose así la voluntad ciudadana expresada en las urnas que darán respuesta a las elecciones más impredecibles de todas las celebradas en la democracia que disfrutamos desde hace 38 años.