La campaña electoral ha sido cualquier cosa menos una campaña con propuestas inteligentes. La mediocridad se ha paseado por plazas, estadios y medios de comunicación a sabiendas de que el poder político, tenga quien lo tenga en el sistema actual, siempre
El viernes se escuchaba en una cadena de radio, que la campaña electoral que ahora acaba, es la peor, más inculta y de más baja estopa de todas las que se han realizado desde que se murió el dictador. Es posible que así sea, su comprobación sería demasiado esfuerzo para el más que probable pobre resultado que obtendríamos, discursos carentes de propuestas, ridículas imágenes, con autobuses encajados, bicicletas y monjas incluidas, que han invadido nuestra vida diaria en los últimos días, candidatos sin programa hasta el último día de campaña, debates televisivos sin rigor y a la búsqueda del "y tú más", candidatos entonando canciones infumables a la vez que pretenden que los electores se las coreen y promesas (siempre promesas) que saben que, en gran parte, no se van a cumplir. En fin ¿para qué seguir con este quebranto de los nobles sentidos de la vista y el oído de cualquier persona con un nivel intelectual normal? ¿Por qué se ha dado esta saturación de desfachateces, descaros, desvergüenzas, groserías, vulgaridades, atrevimientos y osadías en tan sólo 15 días?
Es posible que la aparición en escena de nuevos partidos, que optan a suplantar a los de siempre, tenga que ver con la causa del nerviosismo que PP y PSOE han mostrado. Los titubeos orales del presidente del gobierno han sido de época, signo inequívoco que le ha faltado fe en lo que decía, hecho ocurrido sencillamente porque ya casi nadie se cree lo que dice -excepto algunos de sus votantes- y por su falta de reconocimiento de lo que es evidente para esos españoles que tanto le gusta nombrar: la corrupción que les ahoga. Algo parecido le ha pasado a los socialistas y aunque es posible que hayan salido algo (solo algo) más airosos, no es menos cierto que ninguno ha querido hablar en serio de regeneración democrática, sencillamente porque desgraciadamente, no ya la democracia, sino el poder mismo no se juega en las urnas, gane quien gane, los que de verdad van decidir no se han presentado a las elecciones, no les hace falta, el circo electoral que ha entretenido a los súbditos, es una pantalla lo suficientemente espesa que impide ver que el mal está en el propio sistema y lo peor es que los nuevos partidos se empeñan en demostrar algo con sus acciones: que nunca llegarán al poder nacido de las urnas, por tanto, mucho menos accederán al real ¡y nos quedan las generales en este mismo año! ¡por favor, que pase este trago cuanto antes! aunque algo positivo sí se puede sacar: si ellos no tienen fe ¿cómo pretenden que la tengamos nosotros?
(*) con el perdón de los circos de verdad que se ganan la vida y sin maltratar animales.
http://actualidad.rt.com/actualidad/175279-momentos-ridiculos-campana-electoral-espana