Francisco Gonzalez Larumbe, voluntario del centro intercultural Baraka nos invita a no rendirnos.
Soy voluntario desde el año pasado de Cáritas en el centro intercultural Baraka. Empecé porque ya había trabajado en otros campos y organizaciones de voluntariado pero nunca en una tan eminente como Cáritas, ni de lleno con inmigrantes. Pero me dije que si me había demostrado útil anteriormente, ¿por qué no lo iba a ser en esto? Podría haberme quedado con lo que ya hacía y mejor conocía, o podía decidir darme un descanso de voluntariados, pero quise seguir ayudando, y seguir aprendiendo, y seguir disfrutando. No me rindo.
Bien es cierto que a veces me da pereza bajar al centro, que quizá estaría más a gusto en casita viendo series, o tomando algo por ahí, que no pinto nada, que todo va a seguir igual? Sí, a veces me invaden estos malos pensamientos antes de hacer voluntariado. Nunca después. Es como con el ejercicio, nunca te arrepientes a posteriori de hacerlo. Como decía aquel, es preferible el dolor de la disciplina al del arrepentimiento. Quizá se basen en los mismos principios, ejercicio y voluntariado, y mientras que el primero te da salud física, el segundo te da salud mental. Un bienestar que hace que siempre merezca la pena. No me rindo.
Y no es que salve vidas, ni dé de comer a nadie. Enseño español e inglés a adultos y jóvenes inmigrantes. No me siento imprescindible, de hecho mi labor bien la puede hacer cualquier persona lo suficientemente afortunada como para haber sido escolarizada. Y esto es lo bueno del voluntariado, todo el mundo vale. Todos somos igual de buenos y necesarios. Prima la calidad humana. Cada interacción cobra un sentido único e irrepetible. Me hace sentir vivo, útil y bueno. No me rindo.
Para los que aún dudan sobre el voluntariado, que se pregunten si alguna vez han deseado cambiar el mundo. ¿Tú también? Yo también. Muchas veces. Y hace tiempo leí la frase: "Sé el cambio que quieras ver en el mundo". Y la hice mía. El voluntariado me aporta un sentido de vida, de coherencia, de principios. Porque hablar es fácil, pero del dicho al hecho? y una acción vale más que mil palabras. No te rindas.