OPINIóN
Actualizado 22/05/2015
M.F./S.G.

Me digo cuando voy por la calle y me tropiezo con un puesto de periódicos, ¿tiene tan poco quehacer el alcalde de cualquier ciudad para estar todo el día, de viga derecha, en los periódicos y en los demás medios? ¿Es que una ciudad da tan poco, cuando un despacho más pequeño o una tienda, o un colegio, o cualquier negocio o empresa están las ocho o diez horas partiéndose el pecho y le faltan horas? Sinceramente, no ha mucho tiempo, conectaba con un periódico digital de nuestra ciudad, y, en el rincón derecho de la portada, aparecía, todos los días, un caballero con su terno y su flequillo impecable, y me creí que era el anuncio de una peluquería. Me fijé otro día con más detalle, y me llevé una sorpresa. Lo importante es cuidar la imagen, en vez de reflexionar, escuchar y dar respuestas.

Se nos acerca una nueva oportunidad de conseguir que nuestros ayuntamientos recobren su objetivo fundacional, que no es otro que el de ser la casa de todos. Es el momento de acabar con las capillitas, los cortijos y los señoríos, donde el preboste o el caciquillo de turno hace y deshace a su antojo, y se afana, sobremanera, en la defensa de sus intereses y la de sus adláteres. Es el momento de que calibremos y valoremos a aquella gente que se implica desinteresadamente, que regala su tiempo y lo pone al servicio de los vecinos sin nada a cambio. Es el momento de reivindicar la igualdad de oportunidades para todos sin exclusiones, sin preferencias y sin limitaciones. Es el momento de que eliminemos, de una vez, las divisiones entre los míos y los otros. Es el momento de llenar de frescura la democracia, desterrando miedos, porque la democracia es sinónimo de amplitud de miras y de grandes dosis de respeto a las ideas y a las personas. Es el momento de que nos sintamos pueblo y ciudadanos partícipes de un proyecto presente y de futuro común. Es el momento de que se recupere la ancestral costumbre de presentar cuentas de la gestión municipal, en que se manifieste en qué y cómo se gasta el presupuesto. Está escrito: es obligación del edil saliente y un derecho del entrante, sin necesidad de recurrir a las auditorías. Es el momento de aparcar las sesiones publicitarias en los medios, como si servir al ciudadano mediante salario y prebendas, sea un gesto altruista y generoso. Es el momento de que los medios de comunicación recobren la libertad e independencia, sin coacciones y amenazas, para cumplir con su misión informativa, porque, si se les subvenciona con nuestro dinero, tenemos pleno derecho a ser informados con toda objetividad de lo que sucede.

En Cantavieja, en la fachada de su Ayuntamiento, bajo su escudo, figura, en latín, la siguiente inscripción:

  "Esta casa odia la maldad,

     ama la paz,

  castiga los crímenes,

     conserva los derechos

     y honra a los honestos".   

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