OPINIóN
Actualizado 21/05/2015
José Manuel Díez

Aguarda este poema a ser escrito

desde el 12 de agosto del 1630.

 

Aquel día, una anciana

se arrodilló a los pies de la reina de Francia

rogándole piedad para uno de sus hijos,

condenado a la horca por maldecir al rey.

 

La reina la miró con gesto indiferente:

La ley debe cumplirse.

También yo iría a la horca si maldigo a mi esposo.

 

La anciana alzó la vista envuelta en lágrimas:

Usted podría hacerlo, mi señora,

pero mi hijo es mudo.

 

Dos guardianes hicieron que la anciana callara.

La reina dio la espalda y se alejó.

 

(Poema inédito. Creado para el audiolibro "La voz y los ecos)

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