OPINIóN
Actualizado 19/05/2015

El cuidado y sostenibilidad del Patrimonio artístico español representado por un innumerable catálogo de edificios religiosos y civiles, de espléndidos Museos de todo tipo y de un patrimonio mobiliar considerable es responsabilidad de las instituciones políticas y religiosas pero también de los ciudadanos que viven y disfrutan las obras de sus antepasados.

La memoria de un pueblo se condensa en la arquitectura de sus ciudades y pueblos, en sus fiestas y tradiciones y en la memoria colectiva agrupada en sus Museos. Los Museos son la expresión viva del alma de un pueblo, de lo que ha querido o amado su gente en un periodo histórico, son el resultado de la acumulación de recuerdos de un tiempo y un lugar. Por ello, la protección, el apoyo y la animación de los Museos debe ser una parte sustancial del trabajo de los ciudadanos, porque en los Museos hallamos la emoción del pasado a través de las pinturas u objetos artísticos que atesora y eso es parte importante de cada uno de nosotros.

Las Asociaciones de Amigos de los Museos o del Patrimonio Artístico cumplen en consecuencia una destacada labor tanto ejerciendo como vigilantes del patrimonio de un pueblo para preservarlo en el tiempo de los desmanes, el abandono y la incuria administrativa, como para convertir un Museo o un conjunto arquitectónico o artístico en parte de la vida cotidiana.

Es imprescindible que mediante la educación aprendamos a amar nuestro patrimonio, a hacerlo nuestro y cederlo en herencia a nuestros descendientes.

Hoy día, la mayoría de la gente es consciente de la necesidad de cuidar la naturaleza y evitar su deterioro, sin embargo, todavía no tenemos la misma sensibilidad con el rico patrimonio artístico y con los pequeños o medianos museos que se extienden por nuestros pueblos.

Hace unos meses con ocasión de una nueva visita al maravilloso Museo Etnológico de Castilla y León, sito en Zamora, nos comentaba con cierta pena una funcionaria del Museo que una gran parte de los habitantes de Zamora lo desconocían.

¿Y qué podemos decir de Salamanca?, la mayoría de los salmantinos se enorgullece de su ciudad, pero desconoce la mayor parte de sus monumentos y su historia y no digamos sus Museos.

Ciertamente existen grupos de ciudadanos representados por la Asociación de Defensa del Patrimonio, el propio Ateneo de Salamanca o las Asociaciones de Amigos de los Museos, entre las que destaca la Asociación de Amigos del Museo Casa Lis, que se preocupan por salir en defensa de monumentos en fase de expolio o animar con diferentes actividades culturales a los museos, pero una mayoría de ciudadanos apenas se preocupa por conocer, amar, apoyar y defender nuestra rica historia. La sostenibilidad de nuestro pasado está en que nos preocupemos de su conservación, de insuflar vida en nuestros Museos, de educar a nuestros hijos  para que amen y defiendan lo que es nuestro.

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