Parece ser que, según indican las encuestas, para formar gobierno, ya sea en algunas autonomías, como en muchos ayuntamientos, no habrá más remedio que tirar de pactos.
Por lo que uno va leyendo y escuchando lo que dicen los diferentes partidos, me hace dudar de que, esto de los pactos, sea algo tan bueno como algunos pregonan. Incluso estoy a pique de pensar que lo de las mayorías absolutas no es un mal tan absoluto, como muchos dicen y contra lo que tantos están luchando con denodadas fuerzas.
Creo que todo depende de cómo se ejerza esa mayoría, o como se lleven a cabo esos pactos. Si cuando se nos otorga la mayoría absoluta, pensamos que nos han regalado un cortijo, en el que podemos hacer y deshacer a nuestro antojo, eso evidentemente no va a funcionar, pero si utilizamos ese poder para consultar, dialogar, pedir opinión y atender a lo que nos digan? entonces, no creo que sea tan malo. Lo mismo podríamos decir de los pactos. Por lo que lo malo, no son los sistemas, sino las personas y el cómo se ejerce el poder que se nos ha concedido.
Me preocupa, que tanto los pactos como las críticas que se hacen a las mayorías absolutas, se hagan, no por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sino para echar de su puesto al partido que ostenta el gobierno.
Algunos partidos, están más por derribar al otro que por mejorar la situación de los españoles. Ante esta disyuntiva, la verdad, no sé con cual quedarme. Mucho me temo, y ojala me equivoque, que algunos de esos pactos del acoso y derribo, no duraran demasiado, y que a la hora de repartirse las vestiduras, terminarán por rasgarlas para que cada cual pueda llevarse el botín que le corresponde.
Tal vez, nuestros políticos, sean más sensatos de lo que los ciudadanos les concedemos, y a la hora de la verdad, cuando realmente haya que formar gobierno, hablen, negocien y pacten aquello que sea lo mejor para la ciudad, la provincia, la comunidad? y releguen a un segundo término sus legítimas aspiraciones. Que si bien son legítimas como aspiraciones, una vez que el ciudadano se ha decantado en las urnas por otra opción, deja de ser legítimo el tratar de imponerlas a cualquier precio.
Que los gobiernos, se formen en consonancia con lo que salga de las urnas, y no con lo que les salga de cualquier otra parte.