Las nuevas redes sociales hacen que tengamos una lista innumerables de contactos. A muchos de ellos no los conocemos, pero les aceptamos como amigos por varias razones:
.- Bien porque son contactos de nuestros amigos.
.- Por presumir ante los demás de que tenemos, miles de contactos. Como si fuera una competición.
.- Para poder difundir nuestras entradas, artículos, fotos, reflexiones o acontecimientos.
En cualquiera de los casos existen riesgos, pero también puntos positivos.
Hace pocos días, en una cena una persona escuchó mi nombre y se dio cuenta que éramos amigas de Facebook, se levantó y se dirigió hacia mí. ¡Qué alegría me dio conocerla en persona! Nos dimos un abrazo como si de verdad nos conociéramos de toda la vida e hiciera mucho que no nos veíamos.
La realidad es que acabas siendo tantos datos y tantas facetas de algunas personas, que cuando te encuentras sabes que nos unen muchas afinidades.
La parte oscura es que de la misma manera que existen personas que se quedan con los aspectos positivos de tu vida, otras se dedican a espiarte y tener anotados todos los pasos que das: lugares que visitas, amistades, actividad laboral o personal.
Me he llevado alguna que otro susto. Por eso es muy importante controlar la lista de amistades y si te molestan los eliminas.
Cuando el tema se instala en los jóvenes, se puede acentuar. todos sabemos los timos y la implantación de personalidades que existen y por consiguiente sus riesgos.
Desde estas líneas recomiendo que tengamos cuidado con nuestros perfiles y nuestra lista de contactos.