Va uno de sorpresa en sorpresa. Hace unos días denunciábamos en nuestras cosas la fealdad de un armario eléctrico en las escalerillas de la Plaza Mayor, la más hermosa de todas las plazas; la otra mañana me lo encontré de esta guisa: le habían fabricado un traje a medida para ocultarlo. Mejor está sin duda, aunque no creemos que sea la solución para los cientos de ellos pintarrajeados y
sucios que existen en la ciudad; con un poco de imaginación, una reunión de cinco minutos con algunos artistas callejeros, que haberlos 'haylos' y buenos, y con poco dinero podríamos encontrar la solución y embellecer la ciudad.