Hechos de polvo y olvido
El viernes pasado comprobaste cómo los rayos de sol de esta sofocante primavera fracasaban al intentar encender en ella cierta nostalgia del futuro. Ya le sobran las cosas.
¿Podías imaginártelo unos meses atrás?
Caídas las alas, las cenizas de los horizontes otorgados al nacer tiznan con desganos los antiguos anhelos.
Sé que es descorazonador ver como los rocíos han ido royéndole la vida, hasta que la mirada, empapada de grisuras, se le ha ido volviendo turbia.
El tiempo, maldito falsario, conoce bien su oficio.
Y aunque en un descuido pretendieras colarte con el aroma a jazmín de los recuerdos, (esa multitud de reliquias que tú conoces), seguro que también verías como se apresuraban en impedírtelo las veladuras del sentimiento, un arco iris apagado, y el moho de los olvidos.
¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?
¿Acaso a tu necesaria presencia le es ajeno el pacto y la melancolía?