"¿De verdad sigues creyendo que vivimos en un país democrático?"
¿De verdad sigues creyendo que vivimos en un país democrático? Si la respuesta es afirmativa es porque seguramente seas:
1.Un pobre ingenuo.
2.Una persona que vive muy bien en el estado actual de las cosas y le gusta esta farsa.
3.Alguien que "pase" de estas cuestiones, o lo que Bertolt Brecht llamaba ser un analfabeto político.
4.Varias opciones de las anteriores.
Para los escépticos hay unas cuantas cuestiones que resuelven rápidamente cualquier atisbo de duda:
Tener un sistema electoral (que no ley electoral) que hace que no todos los votos tengan el mismo valor es no vivir en un país democrático; que los espacios electorales se midan por resultados anteriores es partir de la desigualdad adquirida, y allí donde no hay igualdad no puede haber democracia; que la propiedad de los medios de comunicación sea del Estado o bien de grandes corporaciones privadas hace que el derecho a la información de la ciudadanía sea violado y manipulado por el partido del gobierno de turno o por entidades privadas que buscan derrocar al mismo, habitualmente con encuestas de unos y otros que buscan mayormente crear una tendencia a conveniencia del interesado, un proceso psicológico llamado profecía autocumplida, y allí donde se viola el derecho a la información no hay democracia; cuando los partidos políticos financian sus campañas a través de créditos bancarios y luego éstos son condonados a cambio de favores dejan de servir al bien común, y por lo tanto deja de ser un sistema democrático para pasar a ser un sistema pluto-oligárquico; ¿quién elige a los candidatos que votamos?,¿por qué no se exige democracia interna en los partidos políticos?, ¿por qué si la Constitución está para velar por nuestros derechos los encargados de defenderla son elegidos por los mismos que la maltratan?, si supuestamente vivimos en una "democracia representativa" ¿por qué no existe vinculación entre electores y electos?...
El tercer grupo de personas, los que no tenemos dudas sobre esto, estamos llamados a conseguir un cambio radical en este país, para lo cual hay que convencer a los anteriormente citados escépticos y construir un contrapoder que logre ser culturalmente hegemónico. Y en eso estamos algunos y algunas, demostrando con los hechos que otras maneras de hacer las cosas son posibles y necesarias: primarias abiertas, programa participativo y para los de abajo, financiación mediante micromecenazgo, etc. Algunos nos insultan y dicen que no lo conseguiremos, que no podemos ganar. Pobres y burdos ignorantes, no se dan cuenta que desde el momento que nos unimos y dijimos basta ya hemos ganado, y nuestra victoria es ya imparable.