Juan Carlos Monedero es una persona sutil: lo es tanto para defraudar a Hacienda como para deslegitimar la democracia: "el Régimen de 1978", dice, usando como fecha la de entrada en vigor de nuestra Constitución actual.
Se trata de una connotación negativa, claro, en hábil equiparación con otros sistemas arbitrarios de ejercer el poder político: régimen fascista, régimen nazi, régimen comunista,? y hasta régimen bolivariano, ése invento despótico de Hugo Chávez que permite a sus sucesores tener en la cárcel a los opositores Antonio Ledezma, Leopoldo López,? y que tanto admiran los líderes de Podemos.
Fíjense si es dulcemente malévola la expresión "régimen de 1978", que a nadie se le ocurriría tildar al sistema norteamericano de "régimen de 1787", fecha de su Constitución. ¿Y cómo denominarían a la democracia británica, que no tiene Constitución escrita?: ¿"régimen evanescente"?
Qué pena que Monedero tuviese sólo 12 años cuando murió Franco. Nos hemos quedado sin saber cuál hubiese sido su actitud respecto a la dictadura: ¿la habría llamado "régimen de 1936"?, ¿la consideraría luego equiparable a nuestra transición democrática, a la que deslegitima con el remoquete de "régimen de 1978"?
Él, mejor que nadie, como profesor de ciencias políticas, sabe que la nuestra es una democracia a secas, mejor o peor, pero democracia con separación de poderes y garantías legales y jurídicas contra el abuso de poder. Otras sedicentes democracias ?que no lo son? han utilizado para justificarse sonoros y equívocos apellidos: democracia orgánica, democracia popular, democracia bolivariana,?
La nuestra es lo que es. Y punto. Podrá modificarse algún día y haber otra Constitución en 2016, 2050 o 2097. Pero mientras no cambie el espíritu democrático de nuestra carta magna, esto continuará siendo una democracia. Por eso me temo que lo que pretende Juan Carlos Monedero es otra cosa, semejante a las que han hecho todos los iluminados que, desde Lenin y Mussolini hasta hoy, han llevado a sus compatriotas al desastre.