Lo moderno ahora es hablar de educador de calle. Pero sucede a veces que esos bien intencionados profesionales son rehuídos por los presuntos usuarios, por sus buenas intenciones y de ayuda a quien no se lo ha pedido. Nosotros a veces hemos traído al dejarse preguntar basado en la ironía y mayeútica de Sócrates a algún educador de la calle, personas que realmente viven en la calle y nos cuentan su experiencia.
He asistido al campeonato de Break Dance que se ha organizado el pasado fin de semana en Salamanca con la colaboración de la Casa Escuela Santiago Uno.
Me ha gustado el ambiente, la música y la simbología. Dentro de un lenguaje callejero de ruptura se esgrimen gestos de caballerosidad, de generosidad y de respeto. Se ven adolescentes que van porque quieren y porque les atrae, no es necesario convencerlos, ni obligarlos.
No aparecía unido a las drogas, ni a la violencia, era un espacio de encuentro y afán de superación unido al baile y a la música.
Hay algunos pueblos y ciudades que se proclaman ciudades de los niños, basadas en una idea de Tonucci en la ciudad de Fano en Italia, y yo propongo que alguna se nombre ciudad para adolescentes. Ciudad que potencie su inquietud, espíritu crítico, ganas de cambiar el mundo y su creatividad.
Esta semana nuestros chicos estuvieron en Vitoria representando Don Circote de la Carpa y el próximo sábado dieciséis de mayo harán un pasacalles de piratas para promocionar en Zamora la margen izquierda del río Duero, contratados por la asociación de comerciantes de A.C.M.I.D, a la que estamos muy agradecidos por contar con nosotros. Esperamos serles útiles para darles visibilidad y que los turistas se acerquen a este barrio como el Montmartre de Zamora, zona de artistas y trabajadores no bohemios y muy de barrio de verdad donde se conserva la vecindad.
Nuestros chicos se refuerzan en positivo por llenar la calle de risas y color.
Conocimos al secretario de la asociación en una reunión en Málaga de juventud en acción europea ( INJUVE), donde nuestros chicos hacían de trainers of trainers, es decir formadores de formadores. Aprenden con ellos a aprender, se sienten valorados y que tienen mucho que aportar.
Han redefinido sus oportunidades en la vida y recorren las calles con otro orgullo y con su propia identidad. Se desprenden de las profecías autocumplidoras y las rompen por sus nuevos sueños, no hace falta ir a Nueva York para experimentar la diversidad y el arte callejero.