Desde luego la vida no deja de sorprendernos, o como diría mi abuela, pozo de sabiduría, vivir para ver? En los últimos tiempos, han surgido en nuestra ciudad defensores del Patrimonio como surgen las setas en un otoño lluvioso, por doquier. Hasta sería para estar contenta, si no fuera porque una, que es muy mal pensada, intuye en estos defensores algo más que el interés estrictamente patrimonial, como el tiempo se encargará de demostrar.
Los políticos municipales y autonómicos que están al frente de nuestras instituciones en el momento actual, por ejemplo, están utilizando en muchas ocasiones los temas patrimoniales y sus relaciones con los colectivos que defienden estos asuntos, para distanciarse de sus antecesores en el cargo, una forma de intentar mejorar su imagen ante la ciudadanía y demostrar más talante democrático que el de "por mis cojones" de los anteriores?
Algunos medios de comunicación, por otro lado, han encontrado en el Patrimonio un instrumento muy eficaz (conviene tener presente que en las ciudades históricas el patrimonio arquitectónico está íntimamente ligado al urbanismo y por extensión a la especulación), para desprestigiar a los políticos que ahora ya no son de su agrado, pero que hasta hace bien poco lo eran, cuando estaban al frente de nuestras instituciones. Estas filias y fobias temporales de algunos medios de comunicación con determinados políticos, no son gratuitas, responden a campañas muy bien orquestadas para salvaguardar en todo caso su propios intereses, dentro, claro está, de la dinámica de ascenso y derribo que se practica en el seno de los partidos políticos afines (del Partido Popular, en este caso) entre sus miembros o banderías. Lo cierto es que sin ningún rubor y sin asomo de ética periodística, estos medios están ahora ocupándose de algunos temas relacionados con el Patrimonio de nuestra ciudad, que en su día silenciaron de manera vergonzosa o trataron de forma sesgada y partidista porque sus protegidos aparecían como los responsables de tal o cual estropicio o proyecto. Ahora, además, estos medios se dedican a censurar conductas y gestiones que en su día aplaudieron a rabiar. Recientemente, uno de estos medios dedicaba una página entera a la deuda, 215.000 euros, que Julián Lanzarote dejó de pagar en concepto de cuota a la Asociación del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, sí a esa misma Asociación cuyos miembros se reunieron hace unos días en nuestra ciudad, con motivo del 25 aniversario de Salamanca como Patrimonio de la Humanidad? Impensable una noticia así en el tiempo en el que este periódico ponderaba al citado alcalde?
También habría que sumar a los anteriores, a ciertas instituciones ¿de prestigio?, esas en las que "las izquierdas y las derechas oficiales (PP-PSOE)", se confunden peligrosamente, que han encontrado en esto del Patrimonio una forma de estar en el candelero, de notoriedad, vamos. Instituciones, todas ellas, que mantuvieron un silencio cobarde cuando en nuestra ciudad se cometían auténticos atentados patrimoniales.
Da gusto ver ahora a muchos de sus miembros en común camaradería departir sobre nuestro Patrimonio?, pero eso sí, siempre muy serviciales y muy políticamente correctos, sin entrar en el meollo de las cuestiones, no siendo que el poder se enfade con ellos y los castigue sin subvenciones u otras prebendas? ¡Qué pena con lo grandes (de edad) que son!
En fin, que de ahora en adelante habrá que andarse con mucho ojo con "los defensores" que le salen al Patrimonio porque nos pueden dar gato por liebre. Ya nos lo están dando.
Fotografía: Victorino García Calderón