La semana pasada tuve el honor de dirigir una tertulia en letras Corsarias sobre Dama, Luna, una novela de Charo Alonso que se presentará próximamente en la Feria del libro de Salamanca. Fue una buena ocasión para sacar los vestidos de flecos y lentejuela
Desde hace muchísimos años repito que me gustaría haber vivido en los locos años 20, lo malo es que para disfrutarlos necesitaría ser hombre o mujer burguesa adinerada y estar casada con una persona, más o menos, singular para aquella época? Siempre me ha llamado la atención la ropa, la literatura, el arte, la música de ese principio de siglo,? y fumar con una boquilla de 15 cm. sería una maravilla. Y, de repente, esta mujer diminuta pero incansable, generosa profesora de literatura y emocionada Doctora en literatura que estudió apasionadamente a Elena Poniatowsca, me pide que tengamos una tertulia sobre su novela Dama Luna. Y me encuentro en la portada del libro esta frase "Yo, la Señora de la finca, la que fuma en boquilla?" ¡Qué temblor entrar en la vida de esa mujer que me va contar cómo fue esa época en primera persona!
E iba leyendo y haciéndome preguntas sobre cómo, cuándo, el porqué,? mi querida Charo Alonso descubre, estudia y nos regala la vida de Inés Luna en forma de hermoso relato autobiográfico.
Yo he descubierto a una mujer valiente, inteligente, apasionada, adelantada a su tiempo, que vivió y absorbió lo bueno y lo malo de inicios de Siglo XX, digo lo bueno y lo malo porque ser mujer, independiente y tan sagaz no resultó fácil a esta Dama de Salamanca. ¡Qué cerca y qué desconocida!, ¡Cuánto misterio rodea su vida y cuánto miedo a que se descubra!
Según la autora de esta novela en primera persona, no es fácil que se hable con libertad en ciertos círculos sobre esta mujer que vio la luz en Salamanca de manos de su padre.
Creo que a partir de ahora, una realidad inconfesable, se convertirá en leyenda y disfrutaremos de la magia que rodea a un ser que a más de uno nos habría encantado conocer en persona. Para homenajearla, tanto la autora como yo, fuimos vestidas de años 20 y disfrutamos de una tarde de tertulia en la librería Letras Corsarias.
Gracias, Charo Alonso por tu novela; gracias, Charo Ruano, por tu prólogo.