OPINIóN
Actualizado 06/05/2015
Emiliano Tapia

El pasado día 1 de Mayo hizo 21 años que llegué al Barrio de Buenos Aires. Desde entonces he seguido de cerca la realidad del propio barrio, sus problemas, sus vicisitudes, incluso los he vivido, como tantos vecinos y vecinas, con gran impotencia e implicación personal y colectiva.

Ante problemas con causas y consecuencias muy profundas y de gran dificultad; con una raíz muy honda e interesada en haber querido hacer de barrios como el nuestro un espacio para el empobrecimiento y el negocio de las drogas; parece que lamentablemente avanzamos sin retorno hacia una situación totalmente opuesta a la que dio origen a tantos barrios en los años setenta y ochenta; y entre ellos éste.

El crear con toda la ilusión espacios para  compartir las vidas, poco a poco y con casi todas las intenciones, muchos de ellos, se  han ido convirtiendo en lugares de difícil o imposible convivencia; y por esta razón sin posibilidad de retorno a  poder recuperarlos como  espacios tan vitales y necesarios; pero, sobre todo,  tan imprescindibles para aquellas personas que han visto y sufrido cómo se les ha impedido poder disfrutar sus sueños de compartir una vida en dignidad en ellos.

¡Cuántas familias y personas han abandonado Buenos Aires con mucho dolor! Muy a pesar de ellos. Porque vieron truncadas sus ilusiones. ¡Cuántas familias y personas continúan resistiéndose pero abocadas a tener que irse de un barrio en el que lucharon y quisieron encontrar su espacio para la felicidad!.

¿Qué mayor situación de empobrecimiento que tener que renunciar a conseguir lo mejor de tu vida y en lo que tanta ilusión pusiste?

Y es que;  los  muchos intereses que hay detrás del narcotráfico; el miedo a tomar decisiones por parte de las Administraciones correspondientes; la dejación de responsabilidades políticas; o los engaños con promesas nunca llevadas a cabo; nos están empujando, si no cambian radicalmente las cosas, a un desenlace que nadie quisiéramos, estoy seguro, pero que nos amenaza con la realidad más dura que nos resistimos a sospechar: ¡hemos llegado tarde y esto no parece que haya voluntad para llegar a la  solución!

¡Pobres vecinos y vecinas de buena voluntad! Tantos y tantas que hemos creído y que todavía nos resistimos a tirar la toalla. Nos hemos visto engañados por Subdelegados del Gobierno del Partido Popular y del Partido Socialista. Todos nos prometieron que se  solucionarían los graves problemas, pero somos testigos de que nunca se pusieron los medios policiales y de investigación necesarios e imprescindibles. Nos hemos sentido engañados por Alcaldes, del Partido Popular y del Partido Socialista. Todos nos prometieron la seguridad de solucionarlo, pero nunca se han llegado a poner los medios adecuados que se corresponden a las propuestas vecinales para afrontar los problemas sociales de fondo. Nos hemos sentido engañados por las Administraciones Autonómicas como MOPU, en su momento, o Fomento, o Educación, ante la dejación y descontrol más irritante, por miedo o por las razones que sean, en la gestión de las Viviendas o del propio Colegio de Infantil y Primaria. No hemos sentido cerca todo el apoyo que hubiéramos necesitado por parte del resto de la población salmantina. ¡Y no será porque no hemos dado visibilidad al complejo problema del barrio recabando todos los apoyos posibles y necesarios!

Los vecinos y vecinas somos víctimas, a veces criminalizadas, de tanto desatino y falta de decisión; de tanto miedo y falta de voluntad real. Hace algunos años todo hubiera sido más fácil y hoy ya no nos queda más que permanecer con la urgencia de poner hasta lo imposible. Algunas Administraciones, como Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Fomento continúan escondiéndose, y no puede seguir haciéndolo durante más tiempo. Qué decir de Educación o qué decir de la urgencia en afrontar los problemas Sociales de mayor hondura y gravedad.

Muchas personas nos resistimos a abandonar ese sabor de todo barrio pequeño pero adecuado para convivir. Nos resistimos al engaño y a dejar que pase el tiempo sin tomar las decisiones necesarias y a las que las Instituciones Públicas están obligadas. Nos resistimos a que un espacio que surgió para la convivencia se convierta en un barrio sin posibilidad de retorno. Nos resistimos a creer que durante muchos años se haya jugado con las vidas de demasiadas personas. Nos resistimos a asumir  el convencimiento de muchas familias y personas actualmente, ¡que ya no esperamos nada ni creemos en nadie!

Me resisto a creer que pueda ser así, aunque tiene pinta de ello. Señores Gestores de la Política y del Poder actual, en gran parte, el futuro,  dependerá de ustedes. En ustedes está la responsabilidad histórica del mañana de este barrio y solamente en ustedes. Los vecinos y vecinas nunca hemos dado un paso atrás y ahora tampoco lo vamos a hacer. Si a esta realidad tan pequeña no se da solución, no podremos creer en otras promesas por mucho que nos las intenten disfrazar y vender.

En los vídeos, diferentes momentos de reivindicaciones y reseñas informativas en las que se pone de manifiesto la situación del barrio, que no ha mejorado pese a las promesas institucionales

 

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