OPINIóN
Actualizado 29/04/2015

Hace mucho que le estoy dando vueltas a un asunto y hoy, precisamente hoy, lo quiero compartir con vosotros. Me pregunto como un oficio tan digno como el de político, la inmensa mayoría de los que ejercen esta profesión lo hayan convertido en algo tan indigno. No me salen calificativos  para denominar a estos personajes que valiéndose de los votos de los ciudadanos, humillan a estos decidiendo sobre sus designios, sus vidas y su trabajo. Estos personajes a los que me refiero, es decir nuestros políticos que generalmente no sirven para otra cosa y evidentemente tampoco para la política.

Mediocres de cualquier calaña, mafiosos, delincuentes potenciales, racistas, homófobos, religiosos radicales, nos engañan y abusan constantemente del poder que les dan las urnas. Nos hemos vuelto locos, si no es momento de sacar la cara por nadie, venga de donde venga, lo cierto es que lo que actualmente tenemos en la mayor parte de nuestro país clama al cielo. No sólo aseguran su nómina de por vida sino que deciden también el rango que deben o debemos ocupar el resto de los comunes que dependemos de sus designios. Ahora momento de elecciones, primero europeas, después generales y municipales empiezan a tener lugar los primeros movimientos, obras que después de un montón de años de desidia tienen que terminarse, ascensos de amigos y familiares, adjudicaciones a empresas de las que muchos de ellos puedan sacar beneficios que les permitan engordar su caja fuerte y enviar divisas a otros países, en fin, un montón de despropósitos que sólo un país como el nuestro puede permitir. En Salamanca no estamos exentos de estas manipulaciones, tal vez no sean nuestros políticos o no deban ser catalogados como mafiosos o delincuentes, pero creerme tampoco se van de rositas, también abusan de su poder y sus privilegios, también se permitan el lujo de juzgar a profesionales que llevan toda su vida ejerciendo dignamente su trabajo, ninguneándolos y humillándolos, también colocan a sus parientes y les ascienden cuando les da la real gana, todo en detrimento de otros trabajadores que si se merecerían un ascenso por su trabajo, su tesón y su esfuerzo, pero a los que estos políticos, nuestros políticos, un día decidieron colocar en la lista negra. Que vergüenza, y que nunca pase nada? Tal vez sea el momento de alzar nuestras voces y decirles que ya está bien, que ellos nos representan, que están ahí porque nosotros los hemos puesto, que deben ser justos y equitativos, que un buen político ante todo y sobre todo debe ser un buen gestor y rodearse de profesionales que sean capaz de ejercer su trabajo con dignidad, y dejar de lado los parentescos o compañeros de partido, que así no se levanta ni Salamanca ni tampoco España. Que existen un montón de buenos profesionales que tienen que salir fuera precisamente por esta actitud bochornosa y despótica  de nuestros gobernantes. Todas las injusticias tienen que salir a la luz, no podemos permitirle que hagan y deshagan a su antojo y que siempre le pase lo malo a los mismos y lo bueno a los suyos. En mi primer artículo en esta plataforma digital hablaba de un montón de políticos salmantinos de diferentes creencias o ideologías políticas que destacaron por su buen hacer, estoy deseando incluir en esa lista algún otro nombre de nuestros políticos actuales. ¿Es mucho pedir?

Quiero aprovechar también el privilegio que me dan estas líneas para condenar enérgicamente el vil asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, a la que conocía desde hace tiempo, y con la que mantenía una cordial relación, a ella precisamente el no ceder ante los chanchullos y chantajes políticos de partido seguramente le ha costado la vida.

Imágen: Hipólito Martín

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