Hay momentos en la vida en los que uno se encuentra cansado, desorientado, frustrado por situaciones que nos superan y en los que el desaliento puede sentirse con más fuerza. Sin embargo, al recordar la propia historia personal, caigo en la cuenta que aunque la vida nos desafía constantemente siempre hay gente a nuestro lado que nos apoya. Personas que nos muestran como alzar la mirada para ver las cosas de otra manera. Todo, lo que hoy soy, se lo debo a otros que me han enseñado a ver el mundo diferente. Primero, fueron mis padres, después los profesores, luego los amigos...; siempre hay rostros con nombres y apellidos que me acompañan y sostienen en los momentos de dificultad.
La experiencia de voluntariado en Los Alambres me ayuda a ensanchar la mirada a no encerrarme en mí mismo; allí hay mucho que aprender de los demás, sobre todo, de mis compañeros voluntarios y de los niños del Apoyo escolar. Juntos, poco a poco, vamos descubriendo el modo de tener más esperanza ante los vaivenes de la vida. Quizá tenemos grandes retos por delante, pero uno importante es lograr cambiar la mirada del que siente que ya no puede más; porque rendirse nos aleja de los sueños imposibles, pero si uno sigue soñando no se rinde y al soñar todo se hace posible.
Iñigo Merello Terry SJ, voluntario de Cáritas en el barrio de Chamberí - Tejares
Foto: Mural de Pablo S. Herrero en Tejares