Con este título, Juan Goytisolo (insigne escritor, comprometido políticamente con la causa de los 'perroflautas', es decir, los más desfavorecidos de la sociedad) pronunció un soberbio discurso con motivo de la celebración del día de las letras hispanas (23 de abril) en la Universidad de Alcalá de Henares, donde recibió el premio Cervantes. No se mordió la lengua y denunció la política ultra liberal que estamos sufriendo los ciudadanos españoles en los últimos tiempos y reivindicó a la figura de Don Quijote (tantas veces requerida por nuestros literatos y poetas a lo largo de la historia) para que con la locura de su personaje recobremos la cordura en esta sociedad donde los seres humanos ?destinatarios de los derechos y libertades fundamentales que nuestra Constitución reconoce y garantiza? más vulnerables económicamente estamos cada vez más pisoteados por nuestros gobernantes. Don Quijote tendrá que luchar ?dijo en su discurso? "lanza en ristre, contra los esbirros de la moderna Santa Hermandad que procede al desalojo de los desahuciados y contra los corruptos de la ingeniería financiera?"
El título de este artículo también lo considero adecuado para calificar la situación en nuestra querida tierra de Castilla y de León, en la que el 23 de abril es el día de su onomástica. Y es que, a pesar de vivir juntos en la misma Comunidad Autónoma desde la aprobación del Estatuto de Autonomía y desde las primeras elecciones regionales (en 1983), el sentimiento que tenemos de región es ridículo. Por estas fechas, emisoras de radio, cadenas de televisión, prensa de papel y digital, hacen encuestas sobre si los castellanoleoneses (la verdad es que la palabra no se lee con soltura) nos sentimos más o menos identificados con nuestra Autonomía y los resultados no pueden ser más desalentadores, puesto que hay demasiadas diferencias entre las distintas provincias y ciudades: un soriano nada tiene que ver con uno de Ponferrada, ni uno de Miranda de Ebro con un mirobrigense. Y qué decir de los leoneses, que no se sienten dependientes de Valladolid (ciudad que no despierta demasiadas simpatías entre las distintas comarcas y pueblos de nuestra querida región). La verdad es que hubiera sido deseable la creación de, al menos, dos comunidades autónomas diferentes.
Por otro lado, la realidad productiva de nuestra región es cada vez más preocupante, dado que Castilla y León está perdiendo población activa de una forma alarmante. Según una información publicada esta semana por el diario El Mundo, en 2014 se fueron de esta tierra "14.330 treintañeros y 11.422 jóvenes de entre 20 y 29 años". Además, casi la mitad del padrón tiene más de 50 años. Y nuestra provincia, Salamanca, es de las que más ciudadanos perdió de la región (3.292) en este periodo. Si continuamos con esta triste tendencia, en pocos años la región se convertirá en zonas residenciales de jubilados y sin parados (los pocos ciudadanos que engrosará la población activa serán los que tendrán que ocupar los puestos de trabajo de sanidad, servicios sociales y atención a la tercera edad, junto a comerciantes y lugares de restauración para ellos y el turismo que nos visite).
Para entonces, ¿habrá aún dinero en la caja del fondo de reserva de la Seguridad Social para pagar las pensiones de los jubilados?, porque, si seguimos con una legislación laboral que prima escandalosamente al empleador sobre el obrero, porque actualmente sólo ofrece trabajos precarios, temporales y pésimamente remunerados, las cotizaciones de los que trabajen serán infinitamente menores que las de hoy y no habrá caudales públicos suficientes para satisfacer las remuneraciones de la tercera edad.
Las empresas retribuyen con salarios cada vez más bajos a sus empleados, pero algunas, como el Grupo Collosa, beneficiaria de contratos públicos de la Junta de Castilla y León, como los parques eólicos construidos en los últimos años, sí pueden retribuir con 354.560 euros en menos de tres años al Sr Trillo (entonces diputado del PP y ahora embajador en Londres) y con 75.000 en poco más de un año al también diputado del PP Martinez Pujalte, por sendos trabajos de asesoramiento. Esto sí que es la 'Repera patatera'.
Imagen: Hipólito Martín