Todos tenemos claro que el partido lo gana el que logra marcar más goles en la portería contraria. El gol es lo que distingue la victoria de la derrota.
En el fútbol base es muy común que a la pregunta de "¿cuánto habéis quedado?, le siga la de ¿y quién marcó?
Nunca se nos ocurre preguntar cuanto paradas hizo el portero, cuanto balones recuperó el central, cuantas asistencias dio el extremo o el medio centro. No, solo damos importancia al que logra perforar la portería. Y eso no es malo. Bueno, no es malo en la medida en que nuestra calificación sobre la actuación de un jugador u otro, se magnifique o se tire por los suelos según los goles que marque o según los goles que falle.-
Todo esto, aunque parezca mentira, repercute de forma muy negativa en la autocrítica que los jugadores hacen sobre su participación en un partido. Ocurre y no en pocas ocasiones, que un jugador, habiendo realizado un excelente encuentro, salga totalmente desilusionado por considerar que ha fallado un gol cantado, sin tener en cuenta que el portero rival también juega, que por una acto endiablado de reflejos ha sacado un balón inverosímil o, que incluso, sin necesidad de haber tocado el balón, ha impedido un gol por su colocación, por su forma de tapar la portería. Es decir, no damos méritos al rival y sin embargo nos desmerecemos nosotros mismos. Y aunque hubiéramos errado un gol a puerta vacía, no debiéramos sentirnos mal. Podría hacer un listado interminable de goles fallados por futbolistas de alto nivel que seguramente nos haría reconsiderar todo lo anterior. Solo hay que meterse en "youtube" y comprobarlo.-
En mis equipos hago mucho hincapié en que el gol lo consigue todo el equipo, uno lo marca, pero todos han colaborado de una forma u otra en él. Igual que cuando nos lo marcan, el gol no solo se lo meten al portero, sino al todo el equipo ?
¿Cuántos goles meterían Messi o Cristiano Ronaldo jugando solos?
Por ello, todos, padres, aficionados, entrenadores y jugadores, debemos concienciarnos que no se puede enturbiar la actuación de un futbolista por haber marrado una ocasión clara de gol olvidándonos de todo lo que ha realizado a lo largo del tiempo del reglamentario.-