Es una evidencia que las listas de espera en nuestra provincia son preocupantes y, que la derivación de pacientes a clínicas privadas para ser intervenidos quirúrgicamente no es la solución ni resuelve el problema. La decisión que ha tomado la Gerencia del Complejo Asistencial de Salamanca de derivar a clínicas privadas 1.914 cirugías sacadas de las listas de espera de pacientes de Salamanca, por un valor de casi 3 millones de euros, está probando serios conflictos.
No se puede aceptar que a los ciudadanos se les este sometiendo a una presión intolerable para obligarles a aceptar ser intervenidos en clínicas privadas y trasladarlos a diferentes ciudades de nuestra comunidad en autobuses o ambulancias como borregos a un matadero, sino quieren demorar más la espera para resolver su problema de salud, aún poniendo en riesgo su vida, al ser intervenidos en clínicas privadas, que en caso de complicaciones no disponen de medios y capacidad para reaccionar en una posible complicación. Ya se han producido varios casos de complicaciones con pacientes de Salamanca que han tenido que ser traslados urgentemente al hospital público de la ciudad donde han sido intervenidos. Las personas que se oponen a ser intervenidas en estas clínicas privadas y exigen el derecho a ser atendido en un hospital público son chantajeadas y penalizadas dilatando mas su tiempo de espera.
Nuestra sanidad tiene suficientes recursos públicos para resolver el problema de las listas de espera en nuestros hospitales públicos, pero a nuestros gestores sanitarios no les interesa y provocan situaciones en las que el deterioro sanitario es más que palpable. Se reducen prestaciones sanitarias, que antes eran gratuitas y que pagábamos a través de nuestros impuestos por el principio de progresividad fiscal. Se cierran planta, camas y quirófanos en nuestros hospitales. Recortan material, y cientos de trabajadores son expulsados de las plantillas orgánicas porque detrás de estas decisiones está un solo objetivo, el de cambiar nuestro sistema sanitario para preparar el camino a las privatizaciones, donde se mueven demasiados intereses y compromisos con la sanidad privada. De nosotros depende luchar para que esto no suceda.
En la fotografía, de Carlos Forteza, pasillo del hospital salmantino