Es fácil abandonar los sueños, por pereza, por temor, porque no le estamos dando el enfoque correcto o simplemente porque miramos hacia el lado equivocado.
Si en cada cosa que nos planteásemos hacer hiciéramos una lista de "¿por qué no debo hacerlo?, nos saldrían tantos puntos en contra que es normal que sintamos ganas de dejarlo, pero lo genial es cuando una sóla respuesta a favor, sólo una, anula el resto de cosas en contra?y es que no necesitamos listas, necesitamos creer.
Personalmente no debo quejarme de nadie ni de nada, porque he hecho siempre lo que he querido, porque acepté, pese a la dificultad que contenía, la tarea de construirme de crearme a mi misma.
Cierto es también que he tenido valor, para corregirme, para criticarme, he aceptado los errores, he aprendido de los más fuertes, de aquellos que viven a pesar de todo, de aquellos que piensan en vivir a pesar de todo.
Me he mirado al espejo y me he visto libre y fuerte, y en ese momento he dejado de ser una marioneta de las circunstancias, porque yo era mi destino, porque mi destino lo marcaba yo.
Cada uno es parte y motor de la fuerza de su vida, por eso hay que levantarse y caminar?y nunca pensar en que las cosas las decide la suerte, pues ese es el pretexto que tiene, el que fracasa o no lo intenta?
He aprendido a crecer desde el dolor y a intentar ser mas grande que el mayor de los obstáculos que me he encontrado.
Me he parado a reflexionar y he pensado... sobran motivos para seguir?