OPINIóN
Actualizado 16/04/2015
David Serrada Pariente

En el Pleno del Ayuntamiento de Salamanca celebrado el pasado viernes, Alfonso Fernández Mañueco desperdició la oportunidad de pasar al recuerdo como el alcalde que quitó el medallón de Franco de la Plaza Mayor y que retiró al dictador los títulos de alcalde honorífico a perpetuidad y la medalla de oro de la ciudad.

 

Una vez más, el grupo socialista en el Ayuntamiento de Salamanca, solicitó que se retiraran todos los honores y distinciones con las que, en el año 2015 (increíble), aún cuenta el dictador Franco en nuestra ciudad.

 

Es un escándalo que el alcalde se niegue a cumplir la Ley de memoria histórica. Una ley que no gusta a los políticos del PP a juzgar por las declaraciones de destacados miembros de ese partido y por la reducción, hasta llegar a los 0 ?, de la partida correspondiente para su aplicación en los Presupuestos Generales del Estado. Excusas para no retirar el medallón hemos oído pocas o ninguna; excusas para la retirada del título de alcalde honorífico a perpetuidad alguna, recuerdo aquella de que como ahora el título lo ostenta el rey debemos interpretar que como no puede haber dos alcaldes el hecho de que lo tenga el rey elimina que lo tenga Franco; excusas para no retirar la medalla de oro, unas cuantas, la de no poder retirarle la medalla a una persona que ha fallecido, la más recurrente; pero excusa como la que dio el alcalde el viernes, no. Esa es nueva: pedir un informe a los servicios jurídicos del Ayuntamiento para que determinen si la eliminación de los honores y distinciones al dictador se ajusta o no a la Ley. Recordemos, año 2015, y con una Ley que obliga a retirar "escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura". Y si el problema es que no podemos retirarlo porque está en un espacio Patrimonio de la Humanidad, cambiémosle por otro que haga referencia a la democracia.

 

Que el alcalde prefiera pasar al recuerdo de los salmantinos, aunque sea de manera efímera, como quien sembró las calles de la ciudad de bancos, se dedicó a hacer parkings sin ningún criterio, aguantó hasta el último momento para unirse a la defensa de la sanidad pública, entró a un juzgado a declarar y trajo la sombra de la corrupción al Ayuntamiento y a la Diputación Provincial, en lugar de ser el alcalde que se dedicó a defendernos de los recortes en sanidad, de la reforma laboral, del paro, de la corrupción y de quitarnos una pesada losa de la memoria colectiva, demuestra la capacidad y el criterio político de quien nos gobierna.

 

Ahora bien, si la decisión trata de contentar al influyente sustrato ultraconservador de nuestra ciudad, muy malas perspectivas electorales debe tener el PP para tratar de amarrar todos sus votos, cueste lo que cueste.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Por la gracia de dios