Aprovechando que estamos en Semana Santa, que debería servirnos a todos para reflexionar sobre nuestra vida, y de manera especial para quienes somos creyentes, hoy me voy a tomar la libertad de un desahogo. Lo necesito.
Tengo pocas ganas de escribir. Hay días que la cruz pesa y hacen falta cirineos para arrastrar la carga. Doy gracias a Dios, que fue el primero en arrastrar la pesada cruz de nuestro egoísmo, de nuestras miserias? porque ha puesto a mi lado tan buenos cirineos como el que EL tuvo y seré capaz de llegar al Gólgota o donde EL quiera que llegue.
Como creyente que soy, estoy seguro que la muerte de Cristo no fue en vano. Pero hay veces que te preguntas por qué sigue habiendo tanto egoísmo, tanta maldad? Ojalá volviera a darnos otro toque, porque con una sola visita, en persona, parece que no ha sido suficiente.
Estos días veremos a tantos por toda España cargando con los pasos que nos recuerdan aquel tiempo de barbarie. Para muchos no irá más allá de un sentimiento, de una tradición familiar? Ojalá en todos hubiera un compromiso que hiciera fructífera, de una vez, la muerte de Jesús. Nos quedaremos con el folklore, con "la belleza" de las procesiones por nuestras calles? Menos es nada, pero qué bueno sería comprometernos a ser mejores, a ser más generosos, a pensar de verdad que los demás existen y que somos hermanos, iguales.
La pena que hoy tengo por tantas cosas que no me gustan y que no entiendo y que me gustaría mejorar, me la compensa saber que voy a ser abuelo. Por eso tiraré con fuerza de la cruz hasta verla carita a mi niño y más allá, si Dios quiere.