OPINIóN
Actualizado 30/03/2015
Javier Martín - Jotamar

Otra muestra de cómo, en otros tiempos que no tuvieron por qué ser peores, se tapaba la inigualable piedra de Villamayor de nuestros monumentos pensando, tal vez, que ésta se desintegraría. Lo que el viento, el agua y los años hacen es desprender el burdo cemento, dejando al descubierto parte de la belleza de una fachada sin pegotes. Ha ocurrido a lo largo y ancho de toda la zona monumental, y puede que ahora haya llegado el momento de ayudar a la acción de los elementos con maza y cincel, dejando que esta coquetona y valiosa joya luzca en todo su esplendor. Es la iglesia de Las Claras, junto al claustro de San Román al que el alcalde Beltrán de Heredia dió la vuelta para nuestra admiración.

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