Felicidad. Palabra como talismán: "que seas feliz", "feliz cumpleaños" cantando y soplando las velitas. Es, sin duda, una de las palabras más pronunciadas y más escritas. Los filósofos antiguos dejaron escrito que la felicidad es la tendencia natural del ser humano, que aspira a la felicidad porque está hecho para ser feliz. Y pusieron la felicidad en la contemplación y la consecución de la verdad, la belleza y el bien. ¡Ah, la felicidad! ¿Dónde está la felicidad? Los políticos han establecido un "Día internacional de la Felicidad". Será para que la gente salga a la calle en manifestación con pancartas que digan: "queremos la felicidad", "que nos den la felicidad", "tenemos derecho a la felicidad". Y luego los mismos políticos en las campañas electorales recorren miles de kilómetros y reúnen a los suyos para prometerles la felicidad a cambio de su voto. No se atreven a decir la palabra y la camuflan con eso del "estado del bienestar". Aunque ya no me sorprende casi nada el otro día vi un cartel que anunciaba la "Universidad de la Felicidad". Sólo leí el título, pero no me sorprendería que dentro de poco tiempo tengamos "Doctores en felicidad". O quizá ya los tengamos. Esos que salen en la tele o se valen de otros medios, o escriben libros, que ahora llama de "autoayuda", y dicen "cariño te voy a dar un consejo" y prometen que seremos felices. Y vendiendo la felicidad se forran. Yo no sé dónde está la felicidad, pero quizá tengamos que buscarla muy dentro de nosotros.