Todos los días salen a escenas predicadores políticos pronunciando grandes y elocuentes discursos sobre las bondades de nuestra economía y, como hemos dejado atrás la crisis, pues bien, por mucho que se quiera esconder la pobreza en nuestro país, las largas colas del hambre que miles de personas están haciendo para poder comer, nos devuelven a la realidad y a la visibilidad de la pobreza. Las Organizaciones No Gubernamentales insisten y alertan de que la pobreza cada vez es más extensa y se está cronificando. Por mucho que el Ministro Montoro lo niegue y quiera esconder la pobreza exigiendo a Cáritas que no aporte más datos sobre los índices de pobreza, las estadísticas son tozudas y nos indican la gravedad de la situación y la realidad. Tampoco vale la actitud hipócrita de esconderla prohibiendo la mendicidad o retirando a los indigentes de dormir en las calles del centro para luego ocultarlos en los barrios periféricos.
La realidad no es otra que visibilizar a la gente que pasa hambre, que no tiene ingresos mínimos para cubrir sus necesidades más básicas. No se trata solo de grupos de indigentes, sino de pensionistas, jóvenes o madres que acuden con sus hijos a comedores. Cada vez más familias dependen de instituciones benéficas para poder sobrevivir. La semana pasada, el Banco de Alimentos de Salamanca realizaba un llamamiento para la donación de leche para niños y mayores ante el aumento de demanda.
Dejémonos de discursos desgastados manipulando datos y engañando a la sociedad sobre la realidad. Hay más marginación social y desesperación en las familias porque han perdido la expectativa de mejora y lo viven y sufren a diario. Las dotaciones presupuestarias se reducen cada vez más y la brecha que separa ricos y pobres es más grande y resulta imposible aceptar desde el punto de vista humano y ético
Es necesario la búsqueda de soluciones exigiendo al Gobierno medidas que luchen contra la pobreza, además de fomentar conciencia solidaria, porque de no hacerlo ahora, las implicaciones que puedan tener en un futuro serán aún más dramáticas