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Actualizado 24/03/2015
Coordinador: Marcelino García

Acompañados de sus guías, los pastores alemanes muestran las habilidades que pueden llegar a alcanzar con un entrenamiento basado en el juego

Su prodigioso olfato ha convertido a los perros en el mejor compañero de trabajo de la Guardia Civil en operaciones que van desde la detección de drogas a búsqueda de armas, de personas e, incluso, de bombas. Diferentes trabajos para los que son entrenados desde cachorros en función de razas y tamaños. Deny y Max, de algo más de 7 años, son un ejemplo de las habilidades que puede desarrollar un perro entrenado para seguir la pista de todo tipo de drogas. De hecho, Deny, un pastor alemán de línea checa, es el perro que recientemente olfateó los 60 kilos de hachís interceptados por la Guardia Civil en Salamanca en el registro de un vehículo. Ambos perros antidroga forman parte de la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca y, este martes, junto a sus guías han realizado una exhibición para los alumnos del IES Tomás Bretón de Villamayor.

"Al perro hay que convencerlo, y la forma es que quiera jugar conmigo y que vaya a su rodillo (su juguete)", explica Ángel, el guía de Deny. Los pastores alemanes son las razas más apreciadas para este tipo de trabajos, "es el perro más completo", aunque también se trabaja con otras razas, tanto medianas como pequeñas (Labrador, Cooker, por ejemplo) con la misma fiabilidad. "Estos perros detectan todas las drogas que huelen", pero en ningún caso las toman, ingieren o aspiran, una creencia totalmente errónea.

El juego es la base de su entrenamiento, "y es lo que realmente se premia". El perro cuando trabaja está, en realidad, buscando su juguete, el rodillo (un trapo enrollado) y que, para su entrenamiento, se rocía con sustancias que imitan los olores de las drogas y a los que se acostumbra a perseguir. El perro tendrá que buscar su juguete en los sitios más recónditos, pero cuando lo encuentra podrá jugar con él durante un buen rato.

La relación entre guía y perro va más allá del trabajo, es un vínculo especial que hay que reforzar con el día a día. "Esa relación el perro me la compensa con su trabajo, con su juego. Aquí lo importante es él, somos como un equipo, pero el delantero es el perro, es el que marca los goles y detecta las drogas. Mi función es facilitarle el trabajo, porque el que verdaderamente trabaja es él".

El entrenamiento en equipo (guía y perro) empieza cuando el perro tiene un año y medio, con un curso de 6 meses orientado a su especialización (drogas, armas, personas...). En el caso de Deny, antes de recalar en Salamanca fue uno de los perros antidroga del aeropuerto de Barajas. La edad de 'jubilación' de estos canes, "antes de la crisis", estaba en los 8 años, pudiendo solicitar su baja cuando mermaba su rendimiento. Ahora, su labor continúa mientras se encuentre en perfectas condiciones físicas.

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