OPINIóN
Actualizado 23/03/2015
Ferenando Segovia

El domingo día 15 de marzo participé en la manifestación en favor de la Sanidad Pública y para reclamar que no se reduzca la plantilla del Complejo Hospitalario de Salamanca sino que, en la medida de lo posible, se amplíe. Por lo general, no soy muy partidario de las manifestaciones en la calle, que tenían más sentido dentro de un régimen político no democrático, pero no tanto ahora en que tenemos, aunque imperfectos, cauces más democráticos de representación.

Desde luego, las manifestaciones en la calle son un derecho ciudadano, siempre que respeten las reglas del juego y la "marea blanca" las respetó escrupulosamente, lo cual no obsta para que se politizara. Políticos y sindicalistas bien conocidos estaban presentes intentando, quizá, aprovechar el descontento y las justas reivindicaciones del personal sanitario y, sobre todo, de los usuarios, que somos todos y de los pacientes, algunos, aunque cada vez más numerosos.

Como usuario y paciente he podido experimentar, en carne y linfa propia durante los últimos meses, la eficacia y la excelencia de nuestro sistema público de salud, la calidad profesional y el trato humano, respetuoso, empático y simpático del personal médico, enfermeras, auxiliares y de servicios. Todo es mejorable, pero la tarea de  los profesionales de la salud tiene más valor a la vista de la sobrecarga de trabajo y de la antigüedad de las instalaciones hospitalarias, acentuado todo por la crisis económica y las restricciones y recortes financieros. Les estoy muy agradecido.

Intento comprender también a las autoridades políticas, que no pueden llegar a todo lo que sería deseable. Una de las causas que encarece la Sanidad, entre otras, es el aumento de reclamaciones e indemnizaciones, muchas de ellas justificadas, fruto de la aguda conciencia de nuestros derechos y de los 'pescadores en rio revuelto', quiero decir, los bufetes de abogados que andan repartiendo por las salas de espera de los hospitales panfletos prometiendo sustanciosas indemnizaciones al módico precio de una comisión del 15%. En este ambiente, muchos médicos puede que se excedan pidiendo pruebas y análisis carísimos para salvar su responsabilidad civil y penal, aunque siempre menos caros que una indemnización.

Creo que casi todos estamos de acuerdo en que hay dos cosas que no se deben recortar, o hacerlo al mínimo: la Sanidad y la Educación. Sin prometer utopías irrealizables, populistas y manipuladoras, todos los partidos ?viejos y nuevos- deberían ponerse de acuerdo porque es la vida y la dignidad de las personas ?Sanidad- y el futuro económico y la misma calidad de nuestra democracia ?Educación- lo que está en juego.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Marea blanca