Fallece Carmen Requejo, una de las máximas representantes y difusoras de esta tradición, y cuyo legado permanecerá en el tiempo
Este miércoles, 18 de marzo, el bordado tradicional de la Sierra de Francia se viste de luto. Carmen Requejo y sus manos han dejado de crear, de dibujar con seda sobre el blanco de una tela.
Carmen nació en Herguijuela de la Sierra, aunque siendo niña comenzara a corretear por entre las calles empedradas de La Alberca. Conoció a las últimas tejedoras allá por los años 40, y esa imagen fue el primer empuje para luchar por la permanencia del bordado serrano, toda una vida detrás de los hilos la convirtieron en experta y profesora de excepción.
La Diputación de Salamanca, la Asociación del Traje Charro y el Centro de Enseñanza Giner de los Ríos son algunas de las instituciones donde Carmen Requejo impartió clases y seminarios sobre la simbología y técnica del bordado tradicional.
En su libro Bordado de la Sierra de Francia expone de manera detallada y exhaustiva la compleja simbología de esta tradición, la combinación de puntos y colores, los materiales, el complemento gráfico del bordado, así como su historia cuyos orígenes se encuentran en esculturas y relieves caldeos, asirios y babilónicos pero por la introducción de la seda china, la industria del bordado se acrecentó, extendiéndose por toda Europa.
Su labor por la difusión de las tradiciones de la Sierra ha sido encomiable. Numerosos son los artículos escritos sobre ella, igual que su participación en varios reportajes para la televisión. Fue la primera artesana en reinterpretar el bordado serrano y plasmarlo en cerámica.
Con ella se va parte muy importante de la tradición salmantina, pero gracias a su generosidad su legado permanece: de sus manos para crear, bordados y cerámicas primorosas; de su corazón, el amor y el conocimiento con los que hasta sus últimos días enseñó de forma generosa todo su saber del Bordado Tradicional de la Sierra de Francia.
Rosa Gómez