OPINIóN
Actualizado 17/03/2015
Cipriano Pablos

A los políticos les invade la amnesia al día siguiente de las  elecciones. Se olvidan de sus electores con una facilidad sorprendente y se endurecen y hacen oídos sordos a cualquier reivindicación ciudadana. Ganado el voto, votante olvidado.

Ahora "estamos de suerte". Las tres convocatorias electorales que nos esperan, están ablandando el duro corazón y quitando tapones de los oídos a nuestros "generosos" gobernantes.  Los que gobiernan  sacan recursos de donde hace cuatro días no los había, porque quieren seguir en el poder. Y los que quieren alcanzarlo se deshacen en promesas. Son así, qué le vamos a hacer.

Pero ya que funcionan de semejante  manera, deberíamos aprovechar la ocasión para conseguir aquello que durante toda una legislatura no hemos conseguido, aunque nos lo prometieran y lo llevaran en el programa. El político en vísperas de elecciones se vuelve complaciente y saca recursos para complacer. No es para dejar pasar la ocasión.

Desgraciadamente, estos gobernantes que tenemos suelen reaccionar positivamente cuando la calle se encrespa. Y si ese es el camino, sigámoslo.

El tema sanitario en Salamanca empieza a tomar dimensiones preocupantes, si escuchamos a los profesionales que así lo manifiestan. Cada vez es más frecuente escuchar por todas partes las disparatadas esperas que se están produciendo para poder acudir a un especialista  o realizarse pruebas diagnósticas.  Es cierto que cada vez buscamos una mejor atención, pero no es menos cierto que nos están bombardeando con la prevención y el diagnóstico precoz en algunos casos y no es muy coherente lanzar estos mensajes y luego no tener los medios necesarios, humanos sobre todo, para hacerlo a su debido tiempo. Un ministro de Sanidad,  de las primeras legislaturas felipistas, se quejaba en una ocasión de que la gente no aguantaba nada, que en otros tiempos, si tenías una hernia, te apañabas  con un braguero y ahora todo el mundo quería operarse. Pues si las cosas no cambian?

Para operar unas hemorroides hay que esperar y después de un año o más, te mandan a Zamora, en el autobús de línea, a una clínica privada y recién intervenido, regresas, cómodamente, en el autobús a tu casa. Esto es progreso y atención al paciente. ¿De qué me suena a mí Zamora en esto de la Sanidad?

Visto lo visto, que suba la marea, a ver dónde nos lleva.

 

 

 

 

 

 

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