OPINIóN
Actualizado 17/03/2015
Radio Guijuelo

Entre Aguirre desdiciéndose a sí misma, Cifuentes mostrando un liberalismo de coleta tensa y Susana Díez recurriendo a la casquería emocional, tenemos una campaña electoral que no hace falta que venga ningún macho superior a dar lecciones de cómo dar mítines y responsos. Que no, que sobra Pedro, sobra Rajoy y por sobrar, hasta Iglesias, que Tania se vende muy bien con esa especie de defensa del barrio y el barrizal que se gasta desde las páginas del couché. A mí que me registren, pero una hija de dos empleados de banca que estudia en una universidad privada tampoco me parece una abanderada de la clase media baja trabajadora, pero es que lo peor para mí es este despliegue emocional de los orígenes, como si a los electores les importara de donde viene cada uno. Uno es hijo de sus circunstancias, sí, pero aludir a las historias del abuelo o del padre resulta un tanto sospechoso, a no ser que te llames Cristina Pedroche, de la que leí que no se puede gastar en un vestido lo que cobra su madre al mes porque le da vergüenza. Es como si yo, que también vengo de un barrio y de la falta de dinero, me avergonzara de leer revistas femeninas en las que un bolso cuesta más que la pensión de mierda que le ha quedado a mi padre por autónomo, o ya puestos, admirar un vestido que vale más de lo que cobro de funcionaria privilegiada. Hay que tener un poco de cuidado con esa defensa de la falta de haberes que parece que debemos tener todos y especialmente todas. A mí que me registren, pero lo que me preocupa es esa costumbre del poliqueterío nacional de no haber trabajado en la vida más que en la cosa del cargo, es decir, que vas a pelearte con uñas y dientes porque si no ganas, te quedas sin medio de vida y eso son palabras mayores. Abogo porque el político pueda, en el momento en que no tenga su cargo, regresar a su trabajo y no al colchón fantástico que se hizo mientras llevaba la cosa pública, porque cuando se acabe el abrevadero, a ver de dónde vamos a sacar si no nos llaman para ser consejeros delegados. Yo a los jarrones chinos y demás tipejos que dejan de ser importantes les diría que si aceptan sueldos fantásticos que renuncien  a sus pensiones, esas que nada tienen que ver con las de los autónomos y las de los trabajadores de a pie, quienes tienen que solventar la crisis a base de recortes. Sí señores míos, ustedes desgañítense y hagan el pino en la palestra, pero aquí la gente normal sabemos muy bien de qué va la historia, la prebenda y hasta la desesperación por pillar cacho. Por eso estamos todos expectantes y con ganas de mandar a alguno y a alguna a paseo? y que disimulen un poco, por favor, que no nos falta más que pedir el voto a punta de pistola, con la cantidad de cosas que tiene que hacer uno aparte de oír tanta tontería.

 

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