OPINIóN
Actualizado 14/03/2015
Alberto D.

Evidente e imparable. Así es el deterioro de nuestra asistencia sanitaria, especialmente la que se realiza en los dos hospitales de la ciudad,  el Clínico y el Virgen Vega. No sé si la "marea blanca" llega ahora por motivos políticos -¿qué no se hace en estos meses desde partidos, sindicatos, gobierno, etc? que no sea con fines políticos?- pero me da igual, porque el descontento, la insuficiencia, las rebajas en casi todo llegan a tanto que la "marea blanca" queda rigurosamente justificada.

Queda justificada por una marea negra, valga la comparación y sea sin tremendismos, de interminables listas de espera desesperante, de un hospital nuevo pensado con los pies y en el lugar equivocado, de una financiación que llega de Valladolid a trozos desiguales e intermitentes, de la supresión de puestos de trabajo, de la incapacidad de conjugar con rigor y calidad la integración de los dos hospitales de la ciudad más el de Los Montalvos, el desánimo-desconcierto-desmotivación-descontento? y todos los des del DRAE en la casi totalidad de colectivos de trabajadores, el interminable conflicto con los accesos, el amontonamiento y el alboroto en plantas y servicios, etc., etc? Y esto cuando el presupuesto para Sanidad crece cada año.

Se amontonan las observaciones. No soy técnico ni de lejos en semejante tema pero creo que puedo opinar sobre las innegables ventajas de haber previsto un hospital clínico nuevo en lugar mejor ubicado y más amplio en vez de los premiosos remiendos sucesivos sobre ese pozo sin fondo que es el actual. Tampoco soy especialista, ni de lejos, en gestión hospitalaria, pero me creo capaz de sospechar que no ha habido una gestión transparente, rigurosa, humanizadora y de calidad. A veces parece que hablando de centralismo era preferible el antiguo, en Madrid, que el actual, en Valladolid. Cualquier día nos llevan una de las dos catedrales, bajo algún hábil pretexto. Es broma, por supuesto, pero así me explico.

Y muchas más cuestiones que el paciente ve y sufre a veces en grado extremo y que los trabajadores sobrellevan con ejemplar resistencia, aunque ya no hay en muchos de ellos el nivel de dedicación, generosidad y calidad laboral que hasta hace unos años era tan alto que se comprobaba en todos los detalles. No hace falta añadir más, cada paciente salmantino comprueba todo esto en sus propias carnes, nunca mejor dicho.

Por eso, aunque tiempo han tenido los sindicatos en protestar en alto por todo esto y no lo han hecho porque a su vez ellos tienen sus intereses, me parece justo mover esta "marea blanca" y puede ser que yo mismo me incorpore a ella por la parte que me ha tocado y, supongo, me tocará si no mejora la situación.            

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