Es una expresión que los albenses escuchamos y repetimos con frecuencia como refrán popular, indicando y enorgulleciéndonos de la historia, las tradiciones y el ser de nuestra villa, famosa no sólo por el título de los Duques de Alba, sino tanto y más por ser sepulcro y centro espiritual de la gran monja escritora y apóstol Teresa de Jesús. El refrán se completa del siguiente modo: "Vámonos pa Alba, que esto es un barullo".
El martes de carnaval, unos 80 sacerdotes de Salamanca acudíamos a Alba en peregrinación. Recibimos una documentada charla sobre la imagen y las imágenes en Santa Teresa, y visitamos el impresionante museo que las madres carmelitas han preparado detrás de la Iglesia, con acceso al sepulcro, brazo y corazón de la Santa.
Naturalmente, nuestra peregrinación se inscribía en las prácticas propias del Año Santo Teresiano, que el Papa ha concedido con ocasión de los quinientos años del nacimiento de la Santa mística y doctora. Pero aquel día no nos encontramos todavía con demasiada gente.
Ahora ya sí, empieza a incrementarse el número de peregrinos que acuden a visitar el sepulcro de la Santa carmelita. El sábado pasado, yo asistía de nuevo a Alba acompañando a las mujeres de la Adoración Nocturna Femenina, que acudía allí para celebrar su Asamblea anual, con ocasión del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa. Precisamente el próximo día 28 de marzo se cumplen exactamente los quinientos años de tan fausto acontecimiento.
Se puede comprobar ya un mayor movimiento y la abundancia de peregrinos que acuden a este lugar santo. Nos unimos precisamente a la misa de peregrinos y nos encontramos con los hermanos maristas de la provincia de España, y con peregrinos de Segovia y de Valencia. Justamente el padre carmelita que presidió la Eucaristía alabó y felicitó a los valencianos porque donaron a las madres carmelitas de este convento de La Anunciación las hermosas andas de plata con las que se procesiona el brazo de la monja andariega.
Se esperan esta año en Alba multitud de peregrinos con ocasión del año teresiano en el que, además de ganar el jubileo, se podrá visitar una fase de la reconocida exposición Las Edades del Hombre, complemento de los cuatro capítulos que se podrán ver en Ávila, lugar de nacimiento de la monja fundadora de las carmelitas y los carmelitas descalzos.
Evidentemente será bueno acudir en peregrinación a estos dos lugares santos, enaltecidos por la vida de una de las mujeres más grandes de la historia en España y en el mundo. Y de una de las místicas más destacadas de todos los tiempos, siendo maestra, además, de estos fenómenos espirituales que describe maravillosamente en un lenguaje castellano clásico, claro y atractivo, en sus abundantes y preciosos escritos.
En consecuencia, será bueno no quedarse en la mera peregrinación material o cultural, sino acercarse al pensamiento y los escritos místicos de esta santa mujer, de la que tanto hay que aprender, y que supone una inmensa riqueza humana, espiritual, moral y mística, no sólo para la Iglesia sino para todo el mundo. De hecho, se interesan por ella los católicos, por supuesto, pero también gentes de otras religiones y culturas, que incluso acuden en peregrinación hasta estos lugares santos teresianos.
Deseamos y esperamos que, al menos los que nos encontramos más próximos a esta gran mujer, aprovechemos las riquezas patrimonio de la humanidad que podemos encontrar en ella. Y que la Santa nos acompañe, nos proteja y nos favorezca a todos.