Se encontraron dos personas provenientes de un barrio marginal en un parque. A una le había tocado una fortuna y le iba mal, se sentía desafortunado y estaba vagabundo. Al otro sin embargo le iba muy bien y no le había tocado ninguna fortuna, había empezado a trabajar desde abajo. El secreto estaba en el cuento que le había contado su abuelo.
Convocó Merlín a los caballeros del reino para encontrar el trébol de cuatro hojas de la buena suerte. Todos pasaron de él excepto el caballero NO y el caballero SÍ, el primero con su caballo negro fue al bosque encantado a buscarlo y el segundo con su caballo blanco.
El primero que creía merecer la suerte le preguntó al gnomo que era quien más sabía de la tierra que si había ese trébol, le dijo que no y se cabreó, después llegó el caballero Sí y obtuvo la misma respuesta, pero preguntó qué tendría que pasar para que lo hubiera y removió la tierra. Después el caballero "No" preguntó a la Dama del lago que también le dio malas noticias, la mandó a la mierda. El caballero Sí con la misma respuesta le preguntó si podía ayudarla y liberó un surco de agua que la tenía prisionera improvisando un arado con su espada. El caballero del NO preguntó a la secuoya, la más antigua y le respondió que no, ya cabreadísimo no sabía qué hacer. El caballero del SÍ le pidió permiso para podar las ramas secas y que entrara luz al bosque encantado y el árbol se lo agradeció. Después aunque estaba muy cansado subió a la roca más alta para ampliar su vista, esta le dijo que ya podrían nacer tréboles de tres hojas pero para los de cuatro tenía que retirar las piedras de la parcela.
Se quedó dormido de cansancio y soñando con el trébol de cuatro hojas cuando lo despertó el caballero del NO que iba a galope a matar a Merlín por haberlo engañado y tener el trébol en su jardín.Se río del aspecto del caballero del SÍ y le confesó que la bruja Morgana le había aclarado el engaño. Llegó al jardín del castillo de Merlín y lo encontró empedrado y sin trébol, le preguntó que porqué lo había hecho y le dijo que para que no lo matara.
Sin embargo en el bosque encantado vino la brisa cargada de semillas verdes doradas de todos los años y esta vez alguien había trabajado la Tierra. Aparecieron multitud de tréboles de cuatro hojas que el caballero del Sí con su caballo blanco repartió entre todos los habitantes del reino.
De esta forma todos los años llegaba la buena suerte a ese reino, no por casualidad sino porque alguien no se rindió, trabajó para conseguirla, y fue generoso con los demás.