El Colectivo Trece Rosas ha respaldado esta movilización exigiendo "igualdad real ya" (GALERÍA DE FOTOS)
El Movimiento 22M-Marchas de la Dignidad ha organizado este domingo una concentración en la plaza de la Libertad, con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en la que se ha leído el siguiente manifiesto:
Cuando a lo largo de todos estos años hemos conmemorado el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora hemos visto como las condiciones de vida ?generales- de la mujer, entendiendo en ello las socio-económicas, no han experimentado avances, sino todo lo contrario: el machismo y patriarcado sí avanzan en esta injusta sociedad.
El "número" de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas sigue siendo indignante y obsceno; al igual que la violencia y discriminación "diaria y consentida". Reivindicar un cambio de sistema, el fin del capitalismo con el consiguiente reparto de la riqueza es cada vez más necesario, más urgente, en todos los países del mundo al tiempo que es necesario hacer hincapié en la "feminización de la pobreza" internacional.
En el último informe de la Fundación FOESSA se incluye un cuaderno específico titulado "La pobreza en España desde una perspectiva de género", en él se hace un análisis exhaustivo de los indicadores de empleo, salariales, etc, del que pueden extraerse interesantes conclusiones.
Aunque parece, estadísticamente, cierto que estos indicadores señalan que la feminización de la pobreza en España presenta un crecimiento menor que la de los hombres (1,3 frente al 3,7), no olvidemos que estos índices se hacen en comparación con la pobreza en general y que no indica que la tendencia al empobrecimiento se haya frenado, sino que ha aumentado entre los hombres debido a que se vincula a la perdida de los puestos de trabajo, mientras que la menor vinculación de las mujeres al mundo laboral hace que no se hayan resentido por esta tendencia, lo que no deja de ser preocupante.
La menor vinculación de la mujer al mercado laboral es uno de los elementos clave en la desigualdad, la también feminización del paro aumenta la dificultad para superar la precariedad. La conquista del mercado laboral ha supuesto aceptar condiciones de empleo traducidas en brecha salarial por encima del 16%, empleos a tiempo parcial ocupados mayoritariamente por mujeres, dificultad (cuando no imposibilidad) de acceso a puestos mejor remunerados, al tiempo que no ha habido ningún esfuerzo por fomentar la corresponsabilidad en las tareas del hogar y cuidados; tareas que por otro lado el sistema invisibiliza e ignora, tanto a la hora de remunerar, como de reconocer la esencialidad que para el mismo sistema estas labores tienen.
Y esto en cuanto a las mujeres que han podido acceder al mundo del trabajo, pero no olvidemos que las tasas del paro son muy desiguales entre mujeres y hombres, aún en el siglo XXI, según podemos observar en la EPA del IV trimestre de 2014 el desempleo en las mujeres es casi 2 puntos superior al de los hombres; estas diferencias se han reducido respecto a años anteriores, pero se han debido más a la pérdida de empleo de los hombres que a la creación de empleo ocupado por las mujeres. Cuando la realidad que vivimos sigue siendo:
- El descenso de la tasa de actividad de las mujeres en el mercado laboral
- El aumento del desempleo femenino
- El aumento de la temporalidad en el trabajo de las mujeres
- La precarización de nuestras condiciones laborales, económicas y de prestaciones
- La sobrecarga de los cuidados
- El deterioro de nuestra salud
- La privación de nuestros derechos sexuales y reproductivos
- El peor acceso y condiciones en la educación
- El aumento del peso que llevamos las mujeres en el sostenimiento económico y psicológico de la familia
- El incremento de la violencia que sufrimos las mujeres, tanto en los hogares como en los entornos laborales
- El mantenimiento de los roles sexistas en todos los ámbitos de la vida.
Todo ello nos lleva a la reflexión sobre la verdadera evolución hacia la igualdad entre hombres y mujeres, si estas cifras y situaciones nos permiten hablar de un cambio en el paradigma social, o más bien de un mantenimiento de las estructuras basadas en las diferencias de sexo y género.
Y sobre todo nos lleva a preguntarnos cuánto tiempo más debe pasar para que podamos estar hablando de un mundo de personas, en el que nadie oprima a nadie, más allá de las clases, por razón de su sexo. Nos lleva, pues a hacer un cuestionamiento del sistema, desde la perspectiva de género, que conduce a reivindicar un auténtico cambio social y cultural.
La lucha colectiva sigue siendo el único camino, por ello las personas y colectivos que formamos parte del Movimiento 22M ? Marchas de la Dignidad, reivindicamos el fin de patriarcado asesino y del capitalismo opresor.
Fotos de Pablo de la Peña